LOS INVESTIGADORES ANALIZARON DATOS CLÍNICOS Y GENÉTICOS DE MÁS DE 10.000 PERSONAS
Las personas con ojos azules tienen mayor riesgo de ser alcohólicas
Tener ojos azules es algo de los que se suele presumir. A todo el mundo le gustan. Siempre escuchamos a alguien decir que las personas con la mirada de este color son más atractivas o llaman más la atención. Pero no todo son ventajas. Varios estudios revelan que quienes tienen los ojos claros son mucho más sensibles a la luz y lo pasan peor en verano, debido a que los rayos del sol les molestan más que al resto. ¿Ahí acaba todo?
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Una investigación llevada a cabo por miembros especializados en genética de la Universidad de Vermont ha añadido otro aspecto negativo al hecho de haber nacido con ojos de color del cielo: las personas con ojos azules tienen mayor probabilidad de convertirse en alcohólicos. Para el líder del trabajo, Arvis Sulovari, “esto podría suponer un paso importante para un mejor diagnóstico en el futuro de la dependencia al alcohol a través del análisis del color de ojos”.
Al realizar el estudio, los investigadores encontraron que, principalmente los estadounidenses y los europeos con los ojos color claro (azules, verdes, o grises con marrón en el centro), tenían más posibilidades de acabar siendo alcohólicos que los que los tienen marrón oscuro. Pero, ¿por qué sucedía esto? Los resultados, publicados en American Journal of Medical Genetics: Neuropsychiatric Genetics (Part B), concluyen que, curiosamente, los componentes genéticos que determinan el color de ojos se alinean a lo largo del mismo cromosoma que los genes relacionados con el excesivo consumo de alcohol.
Llegar a esta conclusión no fue fácil. Sulovari estudió la genética psiquiátrica durante una década. Durante todo ese tiempo trabajó con médicos y científicos para construir una base de datos clínicos y genéticos de más de 10.000 personas, en su mayoría americanos de origen africano y europeo. Muchas de las personas analizadas padecían enfermedades como depresión, esquizofrenia, trastorno bipolar, así como la adicción y la dependencia al alcohol y las drogas.
A partir de esa base de datos extensa, Sulovari y sus colegas cogieron 1.263 muestras de pacientes dependientes del alcohol con ascendencia europea. Fue en ese momento en el que el experto notó la conexión ojo-color. A continuación, quiso profundizar en la relación entre el entorno cultural y la genética, continuando su búsqueda para encontrar mecanismos de la enfermedad mental. "Lo que más me ha fascinado más acerca de este trabajo ha sido investigar la relación entre estadísticas, informática y biología. Es una oportunidad increíble para poder estudiar la genética en el contexto de enfermedades complejas”, concluye el investigador.
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