Que te abandone tu novio por otra chica, te beneficia a largo plazo

“El amor es un juego perdido”, cantaba Amy Winehouse, y Beyoncé ha puesto guinda al pastel de los desengaños amorosos musicales con su nuevo disco, ‘Lemonade’. En sus canciones, la artista se refiere incluso a los rumores de una supuesta infidelidad de su marido.

La ciencia, no obstante, se ha puesto en el lugar de las mujeres, y tiene una buena noticia que dar a la diva estadounidense y a cualquier otra fémina que desconfíe de su cónyuge: si un día las abandona por otra, van a salir beneficiadas (al menos a largo plazo).

Un estudio publicado recientemente en ‘The Oxford handbook of women and competition’ indica que, tras el mal trago inicial, las afectadas normalmente deciden tomarse una pausa en su vida amorosa. Una actitud que, aunque pueda parecer negativa, supone en realidad una buena elección.

Los autores del trabajo, un equipo de investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), analizan las causas y consecuencias de este tipo de situaciones, en las que una segunda mujer es el desencadenante de la ruptura. El objetivo es estudiar la forma en que los humanos se han adaptado evolutivamente para enfrentarse a los desengaños y a la competición entre individuos del mismo género.

Según estos expertos en evolución, las féminas tienden a utilizar cuatro mecanismos básicos cuando se ven obligadas a defender su prevalencia: se hacen notar, desacreditan a su competidora y tratan de manipular a su compañero sentimental o a su rival.

Mientras que los hombres son más propensos a usar mecanismos de defensa físicos, las mujeres prefieren valerse de ataques psicológicos, intentando herir a la otra persona, desacreditándola socialmente.

Desde un punto de vista evolutivo, “la promiscuidad sexual es habitualmente una estrategia eficaz a corto plazo”, señalan los investigadores. La mujer que ha provocado el cese de la relación parece haber ganado la batalla: en términos científicos, tiene acceso a más recursos, ha conseguido un compañero para reproducirse y reforzado la posibilidad de establecer alianzas futuras con personas de su mismo sexo.

Sin embargo, estaría dañando su reputación, debido a su papel en la ruptura. Además, escriben los autores, habría comenzado una relación con un hombre que ya ha sumado una entrada a su historial de engaños.

Por otro lado, a la mujer que quedaría sola como resultado del entuerto le espera un periodo de crecimiento personal para reponerse. “Durante esta pausa se producen los efectos positivos: mejora la conciencia que tiene de sí misma y su inteligencia emocional”, ha señalado Craig Eric Morris, coautor del estudio. Todo esto le brinda herramientas para detectar en el futuro nuevas traiciones o pretendientes inadecuados

Morris es ya un habitual de esta materia. En un trabajo anterior investigó junto con colegas del University College London las consecuencias de rupturas amorosas a partir de una encuesta anónima realizada a 5.705 personas de 96 países diferentes. Tras analizar los resultados, encontraron que las mujeres solían hablar más de su soledad y vulnerabilidad que los hombres, mientras que estos eran más proclives a aumentar su consumo de alcohol.

Independientemente del género, sufría más la persona a la que habían rechazado. Y entre las causas, la falta de comunicación destacaba sobre la infidelidad. Afortunadamente, algunos de los que marcaron esta última casilla pueden albergar ahora más esperanzas de cara a su futuro personal y sentimental. De todo lo malo se aprende.