LA CLAVE ESTÁ EN SU CORAZÓN
¿Qué mató a Chopin? Así es la enésima teoría sobre su muerte
El corazón del músico, que falleció a los 39 años, se conservó en un recipiente con alcohol y las teorías sobre su muerte no tienen visos de finalizar más de un siglo y medio después de su muerte.
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Fréderic Chopin está enterrado en el gigantesco cementerio parisino del Père-Lachaise y su imponente tumba está coronada por una estatua de Euterpe, la musa griega de la música, que llora contemplando una lira rota. El lugar donde descansa el virtuoso compositor y pianista polaco está siempre atestado de flores que honran su memoria.
Pero la muerte del autor de las famosas 'Nocturnas' siempre ha tenido alrededor un halo de misterio, debido en parte al miedo de ser enterrado vivo de Chopin (tafefobia), que llevó a su hermana a que los forenses le practicasen una autopsia y a que se conservara el corazón del genio en alcohol.
Ese órgano vital, que tuvo que atravesar 'infraganti' fronteras hasta llegar a Varsovia, ha sido objeto de discordias y teorías durante décadas. Las últimas palabras del músico polaco a su hermana fueron las siguientes: “Júrame que me van a abrir en canal, para que no me entierren vivo”.
Como veis, es el caldo de cultivo ideal para el misterio y el terror. El corazón se enterró bajo el pilar de una iglesia, fue custodiado por un comandante nazi durante la Segunda Guerra Mundial y, luego, comenzaron los análisis del frasco, generándose un montón de análisis que le han asignado como causa del deceso desde una enfermedad habitual como la tuberculosis hasta una más rara como una fibrosis quística.
Estas líneas de investigación, alentadas con la desaparición de los resultados de la autopsia original, tienen un nuevo capítulo en un estudio publicado en el 'American Journal of Medicine'. Aunque ya avisamos de que probablemente no sea el último...
La causa inmediata de su muerte
La autopsia que le realizaron después de morir causó un importante daño a ambas aurículas, aunque el documento afirma, “con alta probabilidad”, que los restos muestran que Chopin tenía tuberculosis crónica y que causa inmediata del fallecimiento fue una complicación potencialmente mortal que se llama pericarditis.
Esta es una inflamación de la membrana que rodea el corazón y es una enfermedad que suele responder a infecciones virales, como por ejemplo las de las vías respiratorias.
No obstante, según apunta la revista 'Nature', esta historia está lejos de acabarse, porque algunos académicos dudan de la autenticidad del órgano y “las pruebas de ADN para detectar fibrosis quística también han sido rechazadas”.
Lo malo es que la próxima oportunidad de analizar el frasco será en 50 años, aunque los autores del estudio han podido fotografiarlo (las imágenes aún no son públicas) y esto quizá pueda arrojar luz sobre el asunto. O alimentar más aún una historia de miedo digna de Allan Poe o Lovecraft.
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