LA CIENCIA SABE EL PORQUÉ
Las respuestas científicas al enigma de los viajes astrales
Muchos son quienes aseguran haber vivido una experiencia extracorpórea, sintiendo que una parte de ellos salía hacia el exterior y flotaba sobre su cuerpo. Considerado por algunos como un fenómeno paranormal, los viajes astrales, desde el punto de vista científico, también tienen su explicación.
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Se conoce como 'viaje astral' a la extraña sensación que experimentan algunas personas por la cual, en un estado de semitránsito hacia el adormecimiento, un individuo siente que parte de él ha salido hacia el exterior de su cuerpo y se encuentra flotando sobre el mismo.
Esta experiencia extracorpórea es ampliamente mencionada en algunas religiones en las que el misticismo y desdoblamiento de mente y cuerpo es una de las bases en las que se fundamentan.
Y es que, desde los grupos afines a las pseudociencias, se aprovechó que durante un tiempo existió un vacío científico respecto a dar respuestas firmes sobre qué era y por qué se producían esas proyecciones astrales, y lo convirtieron en uno de los pilares místicos que tanto atraen a sus adeptos.
Cualquier investigación que se realiza desde la ciencia sobre algún fenómeno requiere una gran inversión de tiempo -y sobre todo dinero-, por lo que aquellos investigadores que décadas atrás quisieron estudiar las causas sobre qué era lo que realmente causaba esa sensación de abandono del cuerpo en algunas personas, no lograron llegar a una conclusión específica por falta de recursos.
Había división entre quienes defendían -desde el aspecto científico- que probablemente se debía a algún mecanismo neurológico que se activaba tras haberse sufrido algún tipo de trauma (o traumatismo), al consumo de alguna sustancia estupefaciente, a la inducción a través de una sesión de hipnosis de una experiencia cercana a la muerte o incluso a la falta de sueño o deshidratación. También había quienes apuntaban a una inestabilidad en el lóbulo temporal del cerebro. Lo que sí se tenía claro es que el experimentar dicha sensación era totalmente inocuo para la salud.
No es pseudociencia, es... el oído
Así pues, ante la falta de una respuesta concreta, los gurús pseudocientíficos de mitad del siglo XX supieron utilizarlo para vender una más de sus inexplicables experiencias paranormales, calando tan hondo entre la sociedad que a día de hoy, a pesar de que ya se han publicado un buen número de estudios e investigaciones científicas dando las posibles respuestas a este fenómeno, la mayoría de personas siguen creyendo que se trata de un fenómeno místico o paranormal.
Actualmente podemos encontrar que actos tan normales y ampliamente explicados como la mioclonía del sueño -que consiste en la desagradable sensación de caída y despertar sobresaltado- sean catalogados por los pseudocientíficos como un proceso más del viaje astral.
Una de las últimas investigaciones publicadas sobre las experiencias extracorporales es la realizada por el equipo dirigido por el neurocientífico Christophe López en la Universidad de Aix-Marsella, que ha señalado que la respuesta a los misteriosos viajes astrales se encuentra dentro del oído.
En el interior de este órgano se localiza el 'sistema vestibular', el cual es el encargado del equilibrio de nuestro cuerpo y que en ocasiones es el que, ante una inflamación o patología, podamos sentir mareos, vértigos, sensaciones flotantes o aturdimiento.
El doctor López llegó a tal conclusión tras estudiar a 420 personas. La mitad de ellas presentaban algún tipo de dolencia en el oído con antecedentes de mareos y vértigos. El resto eran individuos sanos y con unas características similares al otro grupo -edad y género-.
Se pudo determinar que quienes aseguraban haber experimentado algo similar a lo que ellos calificaban como 'viaje astral' se encontraban mayoritariamente dentro del grupo de personas con problemas en el sistema vestibular -el 14%-.
Curiosamente, en lo que sí coincidían los miembros del primer grupo y quienes no padecían del oído pero aseguraban haber tenido también alguna experiencia extracorpórea -el 5%-, era en que en alguna ocasión habían sido diagnosticados con ansiedad, depresión, despersonalización e incluso migraña.
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