DEL MATEMÁTICO JAPONÉS SHINICHI MOCHIZUKI
La revolucionaria teoría matemática de 500 páginas que solo entiende su autor
El matemático japonés Shinichi Mochizuki publicó 500 páginas de fórmulas que contienen la solución a una importante incógnita científica. El problema es que nadie ha logrado aún entender lo que explica.
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Para los menos doctos en matemáticas, tanto las fórmulas como los algoritmos pueden parecer hileras interminables de números y letras sin ningún sentido, como un auténtico rompecabezas. Ahora bien, hay un matemático que ha conseguido que no solo su obra sea un manojo de cifras para el ciudadano medio, sino también para los más expertos.
Se trata del matemático japonés Shinichi Mochizuki, que publicó un total de 500 hojas de fórmulas que, según él, contienen la revolucionaria solución a la conjetura abc, un problema matemático que fue propuesto hace más de treinta años.
Ahora bien, los cuatro documentos en los que desarrolla sus cálculos no son el único problema: el verdadero entuerto es que nadie entiende nada de lo que Mochizuki ha plasmado en el papel.
Un laberinto de fórmulas
¿Cómo es posible que ningún otro matemático sepa de qué está Mochizuki hablando? Para entenderlo, primero hay que hablar brevemente de esta conjetura, enunciada por Joseph Oesterlé y David Masser en 1985, que se refiere a los números enteros positivos a, b y c, primos relativos (es decir, que no tienen más divisores comunes que el 1) y que cumplen la ecuación a + b = c (he aquí la razón para el nombre de la conjetura); algo así como un puzle que une teorías numéricas y geometría aritmética.
A lo largo de los más de 10 años que Mochizuki trabajó aislado para dar con la solución a esta incógnita, empleó una serie de métodos, técnicas e incluso utilizó nuevos objetos matemáticos en lo que él mismo denominó como Teoría Inter-universal Teichmüller (IUT).
Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano: para el resto de sus compañeros de la comunidad científica nada de lo que expone en sus publicaciones es comprensible. Así, no se puede probar que sea falso lo que dice, pero tampoco se puede comprobar su veracidad.
A pesar de esta curiosa situación en la que se ve envuelto el científico, el resto de investigaciones de Mochizuki cuentan con gran prestigio.
Por eso, sus colegas no han rechazado los documentos y, desde su publicación en 2012, diversos grupos de matemáticos tratan de entender su críptico trabajo. Eso sí, no será ni fácil ni rápido: aún se espera que pasen años hasta que alguien pueda traducir este laberinto de letras y cifras.
Si lo consiguen, Mochizuki podría pasar a la historia no solo como el matemático que solucionó la cojentura abc, sino también como la persona que revolucionó a toda la comunidad de matemáticos y que desarrolló una nueva forma de expresión, inteligible pero verídica.
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