UNA MUJER DE ARIZONA DESPIERTA HABLANDO COMO MARY POPPINS
El síndrome del acento extranjero o la posibilidad de ser madrileño y despertarte hablando catalán
Imagine que es gallego, se va a dormir con un intenso dolor de cabeza y a la mañana siguiente despierta hablando con un marcado acento andaluz. O que nació y vivió en Madrid con su deje característico, y 24 horas después habla como si se hubiera criado en pleno barrio de Gràcia. No finge, no es una broma y no puede controlarlo.
Publicidad
Si no fuera porque este problema del lenguaje tiene que ver con un accidente cerebrovascular podría parecer divertido: pacientes que de la noche a la mañana hablan con un deje extranjero. En el último siglo, solo han sido diagnosticados poco más de 60 casos.
Sería pintoresco si no escondiera detrás una extraña dolencia, el Síndrome del Acento Extranjero (SAE o Foreign Accent Syndrome, FAS), que a su vez suele conllevar una lesión en el Sistema Nervioso Central. Puede ser provocado por un accidente cerebrovascular o pequeñas lesiones corticales y subcorticales -en las que puede intervenir un tumor- que afectan al hemisferio izquierdo, que es el que domina el habla.
Síntomas y tratamiento
La primera vez que se tuvo constancia de esta peculiar dolencia fue en 1907, descrita por el neurólogo Pierre Marie. Por suerte, es un fallo cerebral de baja incidencia: entre 1941 y 2009 solo se registraron 60 casos, habitualmente en países de habla inglesa.
Los síntomas suelen repetirse: pérdida de fluidez verbal, uso diferente del ritmo, prosodia y entonación (un acento cantarín italiano podría sonar como un férreo alemán), y cambios fonéticos-fonológicos y segmentarios del lenguaje. Es decir, arrastran vocales más largas que lo habitual en su lengua y se producen errores en la pronunciación de algunas consonantes. En resumen: hablan su propia lengua como si fuera extranjera.
Una mujer de Arizona despierta y habla con acento irlandés
Uno de los últimos casos diagnosticados ha sido Michelle Myers, una mujer que nunca había salido de Arizona y en los últimos dos años ha sufrido tres accidentes cerebrales que le han llevado a hablar con tres acentos -australiano, irlandés y el último británico-, diferentes a su americano nativo.
“La gente se lo toma a broma diciendo que sueno como una Spice Girl. Pero es duro y no sé si volveré a recuperar mi acento”, explicaba Myers en una reciente entrevista con The Washington Post. “Es bastante peligroso, porque parece un derrame cerebral, pero no es un derrame cerebral”. En realidad, muchos de los pacientes diagnosticados con SAE comparten problemas de adaptación y de autoestima derivados de esta afasia, porque supone una pérdida de su identidad.
En la literatura científica española se recuerda el caso de una mujer de Castellón de la Plana, cuyo síndrome estaba relacionado con una lesión en los ganglios basales derechos. El neuropsicólogo Alfredo Ardila recogía en su libro Las Afasias el caso de un hombre joven que sufrió un infarto embólico y, entre otros problemas del lenguaje, sufrió como secuela un acento que no le correspondía.
¿Existe tratamiento para solucionar este problema del lenguaje? Sí y no. Dependiendo del área cortical y subcortical que haya sido dañada, la disfunción en el habla será mayor o menor. Según un estudio retrospectivo de la Universidad de Málaga publicado en la revista Neuropyscologia, las terapias de fortalecimiento del idioma y logopedia pueden ayudar a corregir la musculatura orofacial y mejorar la dicción.
La Universidad Jaume I y el Servicio de Neurología del Hospital General de Castellón, por su parte, plantean la hipótesis de que técnicas como la “retroalimentación auditiva” -que mitiga la tartamudez cuando el tartamudo no escucha su voz- podrían corregir el problema, pero no han obtenido resultados concluyentes. Científicos de un lado y otro del Atlántico siguen buscando respuesta y solución al Síndrome del Acento Extranjero.
Publicidad