MITOS Y REALIDADES SOBRE LA INTELIGENCIA
¿Tienes los factores que hacen que seas más listo que la media?
Son muchos los mitos al respecto de los factores que determinan la inteligencia, pero... ¿existen rasgos comunes en las personas más brillantes?
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El intelecto tiene un fuerte componente genético. Según los estudios del psiquiatra británico R. Plomin, la influencia de la herencia se manifiesta en un 20% durante la infancia y va aumentando gradualmente hasta un 80% en la edad adulta.
El porcentaje de inteligencia no heredado dependerá de las condiciones en las que nos desarrollamos, y estas son algunas de ellas:
Ser el primogénito
Existen numerosos estudios que indican que los hermanos mayores demuestran un mayor cociente intelectual en los test, y las razones parecen de naturaleza ambiental más que genética. El hermano mayor suele recibir más atención y estimulación intelectual por parte de sus padres, que además con la llegada de sus hermanos pequeños adquiere ciertas responsabilidades extra.
Un estudio del epidemiólogo Noruego Petter Kristensen con 250.000 militares señala que la inteligencia depende de la escala social del individuo, apoyando la teoría de que la interacción familiar desempeña un papel muy importante en el desarrollo intelectual de los hijos.
Estudiar música o teatro
La música es una disciplina que requiere estudio y constancia, tal y como ocurre cuando uno intenta aprender japonés o matemáticas.
El psicólogo E. Glenn Schellenberg, de la universidad de Toronto, describe en su más destacado estudio que un año de clases de piano o canto en niños de 6 años afecta de forma directa a su inteligencia, aumentando ligeramente el cociente intelectual.
La música no es la única actividad extraescolar beneficiosa del estudio: también el grupo de niños que fueron a clases de teatro mostraron al final del curso mejor adaptación social que sus compañeros y, por tanto, mayor inteligencia emocional.
Manejar bien el estrés
La psicóloga y profesora de Standford Kelly McGonigal propone utilizar el estrés a nuestro favor, interiorizando que un aumento de la frecuencia cardiaca y del ritmo de nuestra respiración son mecanismos de nuestro cuerpo para enfrentarnos con éxito a las situaciones estresantes.
El estrés nos hace generar pequeñas dosis de oxitocina, una hormona que nos hace más sociables, en busca de apoyo humano para resolver nuestros problemas, aumentando así nuestra inteligencia emocional.
Ni fumar, ni beber en exceso
'Mens sana in corpore sano', que decía el dicho. Los estudios del doctor Dennis R Trinidad con alumnos de instituto sugieren que los que consumen alcohol, los fumadores y aquellos expuestos al humo del tabaco en sus casas tienen peores niveles de inteligencia.
Así, la capacidad para controlar los propios impulsos y una mayor inteligencia emocional son la claves para resistir la presión social durante la adolescencia.
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