VISIÓN HUMANA
Los tres motivos por los que vemos mejor unos colores que otros
Nuestro sistema visual es tan complejo que es difícil explicar por qué nos cuesta diferenciar más unos colores que otros.
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Casi todos los mamíferos confían todo a su olfato que a la vista y tienen más problemas para percibir la profundidad y las distancias de frente a pesar de su mayor amplio campo de visión. El hocico es uno de los órganos que garantizan su supervivencia.
En la evolución de humanos y primates se fueron perdiendo nuestras narices y hocicos húmedos y desarrollamos una visión binocular mientras los ojos se iban moviendo al frente de nuestras caras. Además, experimentamos una duplicación de genes que nos permitió tener tres genes diferentes para percibir cada color (rojo, verde y azul), mientras que la mayoría de mamíferos tienen sólo dos fotorreceptores de color.
Nuestros antepasados se acostumbraron a mirar de frente y nuestra visión es tricromática, capturando la luz en distintas longitudes de onda que se reflejan desde el objeto, según cuenta el antropólogo James P. Higham en Aeon. El rojo se asocia a la onda larga, el azul a la onda corta y el verde a la media. Los “sensores” que tenemos en los ojos se llaman conos.
Para una buena percepción de longitudes de onda hay que tener conos espaciados uniformemente, aunque nuestra visión no tiene ese espectro de conos espaciado así. En humanos y monos de la familia de los catarrinos (que engloba más de 150 especies) los conos del rojo y verde se superponen en buena parte.
Posibles causas de nuestro sistema de visión
El caso es que con este nuestro sistema sistema visual hemos priorizado distinguir algunos colores muy bien y con más sensibilidad, a pensar de que seamos capaces de ver muchos más. Hay tres posibles explicaciones a este modo tan tan complejo que podrían ayudar a explicar por qué tenemos una visión de color tan extraña.
1.- Quizá los genes que codificaron los receptores verde y rojos evolucionaron a través de una duplicación de genes, es decir, es posible que no haya habido suficiente selección evolutiva o suficiente tiempo para que sean diferentes, según un estudio publicado en 2004.
2.- Esta duplicación puede ser una ventaja evolutiva porque nos permite distinguir mejor la evolución de verde a rojo en algunos alimentos. Los monos y los humanos tricromáticos diferenciamos mejor los frutos maduros en un follaje verde que los dicromáticos (en el caso de los humanos los dicromáticos serían los daltónicos de colores rojo y verde).
3.- Otra explicación alude a la señalización social, ya que nosotros expresamos emociones con cambios en el color de nuestras caras y los primates con el color de la nariz o del pecho, como los geladas, según un estudio recogido en Biology Letters en 2006.
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