UNA ENFERMEDAD MEDIEVAL REVIVE EN MADAGASCAR GRACIAS A LA SUPERSTICIÓN
Vuelve la peste: las enfermedades que creías extintas nunca se fueron y son las epidemias del futuro
Nunca ha hecho falta un virus zombie para que se tambaleara la sociedad o desaparecieran las civilizaciones: sólo hace falta mala suerte... y no estar preparados.
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"Hay más cosas de admirar en el humano que de despreciar" se repetía Camus en 'La peste', una larga reflexión sobre el hombre, el 'absurdo' y la batalla que mantenían en las calles de Orán. Y lo hacía porque, muchas veces, hay que repetirlo sin parar para que no se olvide. Que hoy haya cientos de personas muriendo de peste en Madagascar es una buena muestra de ello.
Sí, peste. Eso que en el imaginario social occidental forma parte del 'atrezzo' de las series de televisión ambientadas en la Edad Media. Eso, precisamente eso, está a punto de convertirse en una nueva gran plaga.
En sentido estricto, no se trata de una novedad. La peste es endémica de muchas zonas rurales del país africano, con lo que se ha convertido en un incómodo compañero de vida para muchos. Pero ahora algo ha cambiado: se trata de peste pulmonar, que se contagia de humano a humano.
Desde finales de agosto más de 2.000 personas han sido contagiadas de esta enfermedad, y la Organización Mundial de la Salud trabaja a toda máquina para que no sea ya demasiado tarde y que no se convierta en una nueva epidemia.
Hay muchas cosas sobre las que pensar aquí. Y es que, aunque se trata de una equivocación muy común, pensar que una epidemia es 'sólo' un patógeno (un virus, una bacteria, un protozoo) es una enorme equivocación. Una enfermedad sí puede serlo, pero una epidemia es, sobre todo, una brecha social, un desajuste entre los seres humanos y el entorno que los rodea. Una epidemia es un personaje del retablo de las pesadillas: no es nadie sin la actriz (la enfermedad), pero tampoco lo es sin el resto de marionetas, que son el público y los titiriteros.
"Todas las desgracias del hombre provienen de no hablar claro", decía Camus también en 'La peste'. Y llevaba también mucha razón: en Madagascar la gente huye del médico casi tanto como de la enfermedad. El descrédito de la medicina convencional ha llegado a tal punto que se escuchan cosas como que quien va al médico "no sale vivo".
Y, a veces, esa es lo mejor que les puede pasar: sobrevivir comporta un estigma que no lo hace muy apetecible. Los principales aliados de las enfermedades son la pobreza, el fanatismo y la marginación. Por eso hay enfermedades que brillan especialmente en la oscuridad: muchas de ellas sobreviven en sitios recónditos esperando que vuelva, de nuevo, su momento.
Por azar o por suerte, ese momento siempre llega: una mutación en un alelo, una especie extraña en un ambiente nuevo, un cambio climático o en la estructura social... y, zas, el virus, la bacteria o el protozoo se convierten en parte del reparto del último 'remake' de los jinetes del Apocalipsis.
Así, nunca ha hecho falta un virus zombie para que se tambalearan las sociedades o para que desaparecieran las civilizaciones. Sólo hace falta mala suerte... y no estar preparados. En Madagascar ataca la peste, pero en Europa el sarampión campa a sus anchas y en América vuelan las enfermedades que portan los mosquitos.
Hace tiempo que lo sabemos, las epidemias del futuro serán las enfermedades de toda la vida, solo que ahora habrá llegado su momento y nos pillarán desprevenidos. Ese es el verdadero problema. La buena noticia es que podemos evitarlo.
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