EL BUENO, EL MALO... ¿Y EL FEO?
Los animales 'feos' son menos atractivos hasta para la ciencia
Un estudio australiano analiza el seguimiento científico de más de tres centenares de especies y no deja bien parados a los menos agraciados físicamente.
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Umberto Eco decía que la belleza "puede ser aburrida y la fealdad infinita”, ofreciendo esta última una gran variedad de espectros. Porque en todas las épocas hay cánones de belleza, pero no suele haber normas para los feos.
Resulta que la vida parece ser cruel también con los animales menos “monos” (con todo el respeto a nuestros primos los primates). Según un estudio publicado en 'Mammal Review', los animales con rasgos grotescos son objeto de menos estudios científicos que las especies más atractivas.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores de dos universidades de Australia separaron a 331 mamíferos terrestres del continente en tres categorías, con un toque cinematográfico: los buenos, los malos y los feos (como el film de Sergio Leone). Los dos primeros tipos no se refieren al carácter o a la separación entre depredador y presa, ya que en la categoría de los malos están incluidas algunas invasivas, como los roedores, tan presentes en el frágil ecosistema australiano.
El equipo del estudio comprobó que los animales buenos, como los canguros o koalas, son estudiados principalmente en sus aspectos psicológicos y anatómicos. Los malos, como los conejos, zorros o puercoespines, son estudiados por su lugar en el ecosistema o para controlar mejor su expansión. El grupo de los feos (murciélagos, roedores autóctonos) apenas aparece en los papeles científicos.
Según el estudio, una de las principales causas puede ser la falta de financiación, por eso los investigadores prefieren analizar animales más carismáticos y conocidos, que llegan a un público más amplio.
El problema es que buena parte de las especies que permanecen en el anonimato están en peligro de desaparición: 14 de los 30 mamíferos desaparecidos en Australia en los últimos 250 años son roedores. Así que aquella vieja canción de 'Que se mueran los feos' parece transformarse en 'Que se extingan los feos'.
Pero que no sean fotogénicos no quiere decir que no sean necesarios. Según una de las autoras del estudio “estas especies tienen un rol importante en el funcionamiento de los ecosistemas, por lo que se necesita un mejor conocimiento de ellas a través de nuevas investigaciones”.
Indagar mejor en su modo de vida permitiría identificar las amenazas que sufren. Porque, por ejemplo, de muchas especies de murciélagos se conoce su clasificación genética o taxonómica, pero no se sabe casi nada de su modo de vida o su alimentación.
Hay pocos datos para mejorar su estado de conservación, porque no se estima de manera clara su hábitat. Y si es un gran fracaso que una especie desaparezca lo es más cuando no se sabe nada de ella.
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