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PASARON A LA HISTORIA POR SUS HAZAÑAS

Los animales más famosos de la ciencia

Gran parte de nuestros conocimientos científicos que tenemos actualmente los debemos al sacrificio de muchos animales que merecen un hueco en la historia

El gato de Schrödinger

El gato de Schrödinger Agencias

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La ciencia no habría llegado hasta aquí sin la ayuda (y el sacrificio) de miles de animales. La mayor parte de ellos murieron sin siquiera un nombre, como soldados desconocidos del conocimiento universal.

Laika

Probablemente, la perra callejera más famosa de la Historia. Fue el primer animal que viajó al espacio y el primero que orbitó nuestro planeta. Lo hizo a bordo del Sputnik 2, una pequeña cápsula cónica, que despegó el 3 de noviembre de 1957 desde el aeródromo de Baikonur.

Los rusos optaron por una perra callejera porque si había logrado sobrevivir a la extraordinaria crudeza del invierno moscovita, podría aguantar el duro entrenamiento espacial.

La preparación fue fura. Laika, junto con otros dos candidatos perrunos, tuvieron que habituarse a vivir en espacios cada vez más pequeños, a convivir con un ruido ensordecedor y a limitar su dieta a un gel específicamente diseñado para la misión.

Aunque el despegue fue un éxito, Laika murió horas después por un sobrecalentamiento de la nave. Tenía tres años perrunos y toda la vida por delante.

Laika

Nim Chimpsky

Este chimpancé, bautizado en honor a Noam Chomsky, fue la máxima estrella de un experimento sobre lenguaje animal desarrollado en la década de los '70.

Existía, por entonces, un acalorado debate sobre la naturaleza del lenguaje: ¿era éste un atributo exclusivamente humano o podía ser desarrollado por otros animales? Un joven profesor de la Universidad de Columbia llamado Herbert Terrace estaba convencido de que los chimpancés podían aprender lenguaje de signos, y decidió demostrarlo poniendo en marcha el estudio de lingüística animal más ambicioso hasta la fecha: el Proyecto Nim.

Nim fue criado en una casa unifamiliar casi desde un nacimiento, rodeado de niños y electrodomésticos. Incluso vestía vaqueros y camisetas. Con los años, aprendió varios signos: abrazo, jugar, baño… lo que le reportó una fama notable. Al fin y al cabo, ¿qué hay más atractivo para la tele que un mono que habla?

El experimento, sin embargo, fracasó en su objetivo porque, en palabras del propio Terrace, “el lenguaje es mucho más que la repetición de una serie de signos”. Nim murió el 10 de marzo de 2000, lejos de los focos y los laboratorios.

Nim Chimpsky

Doogie

También conocido como el Super-ratón. En realidad no era un solo ratón, sino varios: una raza de ratones artificialmente creados a los que llamaron Doogie. Corría el año 1999, y los científicos eligieron ese nombre por el protagonista de la serie 'Un médico precoz' (los más viejos del lugar la recordarán perfectamente).

Los ratones Doogie eran el resultado de una modificación genética desarrollada por un grupo de neurobiólogos de la Universidad de Princeton. Los investigadores les alteraron un solo gen, el llamado NR2B, clave en la actividad neuronal. El resultado fue un ratón mucho más inteligente.

Los ratoncitos Doogie resolvían problemas sencillos mucho más rápido que sus compañeros no modificados (en laberintos, por ejemplo) y, además, recordaban la solución correcta durante mucho más tiempo.

Super ratón Doogie

David Greybeard

En 1960 la doctora Jane Goodall estaba observando a un grupo de chimpancés junto al gran lago Tanganika, en Tanzania. Allí se fijó en un macho, con pelo gris bajo la boca, que utilizaba un palito para sacar termitas de su hormiguero.

Esto supuso toda una revolución en la década de los '60. Por entonces se consideraba que la fabricación y el uso de objetos era una actividad exclusivamente humana. David Greybeard demostró que estábamos equivocados. Y, de paso, se comió unas termitas.

David Greybeard

Digit

Todo el mundo conoce a Dian Fossey gracias a Sigourney Weaver y la película 'Gorilas en la Niebla'. Y todo el mundo recuerda a aquel enorme gorila de aspecto amenazador que acabaría haciéndose “amigo” de la protagonista: Digit

Eran los años '60, y Fossey, financiada por National Geographic, se asentaba en Ruanda para vivir entre gorilas. Digit era el macho dominante del su grupo de estudio, a quien la investigadora dedicaría decenas de páginas en su diario (en el cual, por cierto, está basada la película).

Digit murió a manos de cazadores furtivos en diciembre de 1977. Para entonces ya era el gorila más famoso del mundo, y su muerte le convirtió en un símbolo internacional de los derechos de los animales.

Digit

Dolly

Sin duda, la oveja más famosa de la Historia. Fue el primer mamífero clonado a partir de una células adultas, y debe su nombre nada menos que a la cantante country Dolly Parton.

Dolly nació el 5 de julio de 1966, en el Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo, y murió seis años después, víctima, según parece, de un cáncer de pulmón.

Vivió rodeada de focos y de gloria pop y, aún así, tuvo tiempo para tener seis ovejitas. A día de hoy, Dolly puede visitarse, disecada pero orgullosa, en el Museo Real de Escocia.

Oveja Dolly

 

Able y Miss Baker

Para un par de monos no es sencillo llegar a la portada de Life. Able y Miss Baker lo consiguieron, no sin una considerable cantidad de esfuerzo: fueron los dos primeros animales que Estados Unidos mandaba al espacio… y recuperaba con vida.

Able y Miss Baker despegaron el 28 de mayo de 1959 a bordo de un cohete Júpiter. Volaron a 480 kilómetros de altura durante 16 minutos, desde Cavo Cañaveral, donde despegó la nave, hasta un lugar del Océano Atlántico próximo a Puerto Rico donde el módulo amerizó. A su regreso, tuvieron honores de astronauta.

Miss Baker alcanzó una fama mayor que Able, fundamentalmente porque éste falleció murió cuatro días después de la misión, según parece, por una mala reacción a la anestesia. Mis Baker vivió 12 años más, en el centro médico aeroespacial de Florida. Hasta donde se sabe, fue una mona feliz.

Able y Miss Baker

El gato de Schrödinger

Lo cierto es que no está muy claro si este gato existió o no. Schrödinger sí que existió, eso seguro, pero nadie sabe a ciencia cierta si tenía gato. Eso, sin embargo, no impidió que el felino pasara a la Historia. Cosas de la cuántica.

El gato de Schrödinger es, en realidad, el protagonista imaginario de un experimento imaginario. Supón que metes en una caja a un gato (el gato), un gas mortal y una partícula radiactiva. Las probabilidades de que dicha partícula se desintegre en 10 minutos son del 50%. De hacerlo, el veneno se liberará y matará al gato. Pasados 10 minutos, la probabilidad de que el gato esté vivo son del 50%, ¿cierto? Bueno, pues aquí viene la locura: la mecánica cuántica sostiene que los dos estados posibles se superpondrán, de forma que el gato esté vivo y muerto al mismo tiempo.

El por qué Schrödinger decidió matar y no matar a un gato nunca lo sabremos. Quizá odiaba los gatos. O quizá los amaba. O quizá ambas cosas superpuestas.

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