¿LADRARÁN EN AMERICANO?
Así afecta la cultura a nuestras mascotas: ¿qué diferencia a un perro que vive en Alemania de otro que vive en EEUU?
Aunque el rendimiento cognitivo de los perros es igual independientemente de dónde hayan sido criados, existen pequeñas diferencias de comportamiento entre los animales criados en distintos países.
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La forma de tratar a los perros puede decir mucho de la cultura de un país. De hecho, Mahatma Ghandi decía que un país se puede juzgar "por la forma en que trata a sus animales”. Sin embargo, lo que han tratado de averiguar durante los últimos años varios científicos ha sido casi lo contrario, es decir, cómo puede llegar a influir la cultura de un país en el comportamiento de los animales.
La hipótesis inicial de algunos investigadores es que las condiciones socioeconómicas, el estilo de vida o las normas de cada país son factores que podrían moldear la forma que tenemos de interactuar con los perros y, por tanto, afectar a su comportamiento.
Para comprobar esta posibilidad un equipo de científicos realizó en 2009 una serie de encuestas a dueños de pastores alemanes que vivían en EEUU y Alemania y observaron algunas diferencias.
Los dueños norteamericanos mantenían durante más tiempo a sus perros en el interior de la casa, les identificaban más como mascotas y les entrenaban más a menudo. Además, también consideraban a sus mascotas como más fiables y agresivas.
Lo primero que uno podría pensar ante estos resultados es que quizás no existan tales diferencias y que sean los dueños de los perros los que aprecian comportamientos distintos, debido a las diferencias culturales a la hora de interpretar la actitud del animal.
Los condicionantes
Hay que tener en cuenta que la imagen que se tiene de los animales y de cómo se interpreta su comportamiento depende de la cultura de cada país. Por ejemplo, no es muy probable que las personas que viven en países en los que los perros se utilizan como alimento les consideren como animales inteligentes y afectuosos.
Por otro lado, estas diferencias también se pueden deber a la selección artificial que los dueños hacen de los animales, ya que si en EEUU prefieren a los pastores alemanes más agresivos, es posible que históricamente se hayan ido seleccionando los ejemplares que tienen más desarrollado este rasgo.
Por último, existe la posibilidad de que las diferencias observadas por los dueños dependan del medio en el que se han criado, ya que la forma de educar o criar a estos animales puede variar entre un país y otro.
Para ahondar un poco más en esta cuestión, varios años más tarde otro equipo de investigadores realizó una serie de experimentos con una muestra de 90 perros de Austria, Hungría e Italia. Las pruebas consistían en analizar el comportamiento de los animales en presencia de sus dueños y de un extraño en diferentes situaciones. Los investigadores debían medir el tiempo que los perros pasaban al lado de cada uno y la distancia a la que se colocaban.
Esta investigación fue la primera en mostrar que efectivamente existen algunas diferencias que podrían considerarse culturales, ya que los animales que vivían en Hungría pasaban más tiempo con los extraños y se colocaban más cerca de ellos que aquellos que vivían en Italia y Austria.
¿De verdad influye?
En vista de estos resultados, algunos investigadores quisieron ir un poco más allá y averiguar si la cultura también podía influir en el rendimiento cognitivo de los perros, y el pasado mes de octubre publicaron un nuevo estudio al respecto en la revista 'Animal Cognition'.
Los investigadores realizaron una serie de cuatro tests congitivos en tres ciudades de diferentes países (Hungría, Austria y Reino Unido), con dos razas diferentes (laboradores y border collies) y comprobaron que independientemente del lugar donde vivían los perros, todos respondieron de forma similar en las cuatro pruebas.
La conclusión de los estudios que se han hecho hasta ahora es que los perros de todos los países son prácticamente igual de inteligentes, aunque las particularidades de cada cultura pueden terminar influyendo un poco en su comportamiento, sin que se sepa muy bien por qué o cómo.
En cualquier caso, está claro que el número de estudios a este respecto aún es escaso, así que no se pueden sacar conclusiones muy firmes. Lo único que se puede decir es que si tienes un perro, ya sea en España o en Colombia, recuerda lo que decía Ghandi y trátalo con el respeto que merece.
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