SE HAN REGISTRADO VARIOS ATAQUES
Las aves de presa se están cargando los drones y se hacen selfies con sus cámaras
Los aviones no tripulados pueden ser vistos como una amenaza por las grandes aves de presa, por lo que no dudan en cargárselos.
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Muchos han imaginado un futuro de paquetes enviados a través de drones en cuestión de pocas horas, algo que parece una buena oportunidad para hacer entregas en lugares menos accesibles o lejanos con mayor eficiencia.
Pero mientras pensamos en ese futuro para algunos “ideal” pueden surgir muchos imprevistos, no solamente técnicos o de legislación, porque parece que hay a algunas aves que no les hacen ninguna gracia nuestro nuevo juguetito.
Los drones se han convertido en el nuevo objetivo de las águilas de la parte occidental de Australia, según ha comentado un gigante de la minería que los está usando para reemplazar su herramienta habitual de topografía. No son drones de uso doméstico, por lo que cada aparato cuesta unos diez mil dólares y la cámara que utilizan también tienen un precio similar. Y ya han perdido el contacto con casi una decena de ellos y sólo uno de ellos ha sido por un error humano.
Estos drones se construyen a partir de espuma y fibra de carbono, siendo capaces de volar a 125 metros de altitud y de alcanzar una velocidad de 92 km/h. Para las empresas que necesitan capturar fotografías de gran formato y con una gran resolución, como ésta que necesita analizar el entorno de las zonas minadas, éste es un avance tan importante como lo fueron los GPS.
En una conferencia de sector un representante de la empresa mostró una fotografía de un águila atacando un dron en pleno bueno y también comentó el caso de un ataque a dos bandas a otro de los aparados, según recoge el diario australiano 'ABC'. “Estaba manejando el dron cuando noté que le estaban atacando dos águilas y ladee el aparato para tomar una imagen”, afirma, bromeando con que cree que es “el primer selfie de un águila registrado en la historia”.
En un intento de prevención de ataques la compañía camufló estos aviones no tripulados simulando crías de águilas, una solución que funcionó temporalmente, porque las depredadoras descubrieron pronto el engaño y atacaron los drones disfrazados en una lucha por su supremacía territorial.
Finalmente, de momento sólo les ha quedado volar con estos aparatos a primera hora de la mañana.
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