CIUDADANOS DESAFÍAN LAS ADVERTENCIAS ARRUCANDO A SUS CAMELLOS
El beso mortal del camello: el virus MERS sacude a la sociedad saudí
Una enfermedad respiratoria altamente contagiosa está desatando las alarmas en Arabia Saudí. La falta de cura conocida y su alta mortalidad, de más de un tercio de los casos, atemoriza a la población, que pese a ello desafía a las autoridades, que señalan a los camellos como origen del mal.
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Que los camellos son animales particularmente cariñosos es algo que ya hemos contado antes. Sólo hay que acordarse de aquel camello que, años después de ser vendido, reconoció a su antiguo dueño en una feria y corrió a abrazarle con el cuello. El problema es que, según las autoridades saudíes, su cercanía a los humanos ha provocado la irrupción de una enfermedad que está atemorizando a la población.
El Síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio, conocido por sus siglas MERS, es una dolencia de tipo vírico cuyo primer caso se detectó hace dos años en el país árabe. Desde entonces, unos dos centenares de casos han sido registrados en todo el país, principal foco de la dolencia, y más de un tercio han acabado en muerte. Los síntomas son similares a los de la gripe, pero acaban derivando en una insuficiencia respiratoria que muchas veces conlleva la muerte.
Si la gripe aviar originada en China desató el pánico mundial hace unos años, la 'gripe camellar' podría ser la siguiente. De hecho, ya ha comenzado su expansión a otros países del entorno, como Omán, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes, Kuwait o incluso Túnez, con tasas de mortalidad medias muy similares. Se han dado casos también en países occidentales como EEUU, Francia o Italia, aunque aislados, y posiblemente originados a través de alguna conexión con el área geográfica saudí.
¿Y por qué Arabia Saudí? Hasta el momento sólo está comprobado que el virus está presente en algunos tipos de murciélago, pero las autoridades saudíes creen que la multiplicación de casos se debe a que los camellos podrían haberlo incorporado y, de alguna forma, contagiado a los humanos. Y los abrazos y besos de estos animales, que suelen 'pegarse' al cuerpo de sus cuidadores como muestra de cariño, podrían ser un riesgo.
Quizá en estas latitudes, donde tener un camello no es algo usual, esto no parezca un problema. Sin embargo, en la península arábiga, donde la enfermedad está extendiéndose, el cuidado y comercio de camellos es una actividad muy frecuente... y bastante lucrativa.
Por eso, y aunque aún no hay pruebas científicas concluyentes que señalen a los camellos, el Ministerio de Agricultura saudí ha pedido a quienes tengan trato directo con camellos que usen mascarillas y guantes. El miedo a la enfermedad es tal que algunos están abandonando el país, porque se están empezando a registrar casos de contagios entre humanos, o al menos eso se teme tras haber enfermado personal médico que atendió a enfermos y que no había tenido contacto con camellos antes.
Mientras se aclaran las causas de la enfermedad y se investiga cómo detener su expansión, numerosos ciudadanos han emprendido el camino contrario: demostrar públicamente que no tienen miedo a los camellos profesando vistosas muestras de cariño a unos animales que gozan de una enorme importancia en la sociedad saudí y en todo su entorno.
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