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TENEMOS MALAS NOTICIAS (PARA TI)

¿Es el brócoli tan bueno para la salud como lo pintan?

La próxima vez que te pongan brócoli en el plato, míralo con buenos ojos. Esta verdura, que tanto gusta a las madres y tan poco a los niños, se ha ganado a pulso la fama de superalimento.

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Tenemos malas noticias para el paladar: sí, el brócoli es bueno de verdad para tu salud. Para empezar porque, si por tu sangre circula demasiado colesterol, ciertas variedades de brócoli pueden reducirlo hasta un 6%. Además, comer de tres a cinco veces a la semana una ración de brócoli reduce el riesgo de varios tipos de cáncer, entre ellos el cáncer de hígado, de colon, de estómago y de mama. Y si eres de ensaladas y lo consumes junto al tomate a diario, esta verdura consigue mantener a raya al cáncer de próstata.

Y todo eso sin obviar que su consumo parece pulsar el botón de encendido de genes antioxidantes y enzimas que protegen al sistema inmune de los efectos del envejecimiento, ayudando a que nuestras defensas se mantengan jóvenes y en plena forma con el paso de los años.

La mayor parte del mérito de estos efectos hay que adjudicárselo al sulforafano, un compuesto que fue aislado por primera vez en la década de 1990 por el bioquímico molecular Paul Talay y que, entre otras cosas, influye en la respuesta celular al estrés. Además, afecta a mecanismos epigenéticos -como la metilación del ADN- de los que depende el buen funcionamiento celular y que, cuando se trastocan, pueden conducir a procesos cancerígenos, potenciar las enfermedades neurodegenerativas y acelerar el envejecimiento.

Después de todo, las investigaciones recientes apuntan a que prácticamente no hay enfermedad que se le resista al brócoli. Sin ir más lejos, las personas obesas se benefician de su consumo doblemente, ya que reduce los niveles de colesterol 'malo' mientras frena la inflamación crónica causada por la obesidad y que puede dar lugar a complicaciones como la diabetes.

A esto se le suma que protege al corazón, mejora su funcionamiento y evita daños en el músculo cardíaco gracias a que aumenta los niveles de una proteína con propiedades cardioprotectoras, la tiorredoxina, según se podía leer en la revista especializada 'Journal of Agricultural and Food Chemistry'. Incluso es capaz de mejorar la interacción social, el comportamiento anómalo y la comunicación verbal de las personas autistas si se consume a diario.

Por si fuera poco, en la Universidad de California en los Ángeles le han atribuido un papel protector frente a la inflamación respiratoria que causa patologías como el asma, la rinitis alérgica y la enfermedad pulmonar obstructiva. "Una de las grandes ventajas del sulforafano del brócoli es que aumenta una amplia gama de enzimas antioxidantes, que entre otras cosas ayudan a bloquear los efectos perniciosos de la polución ambiental", asegura Marc Riedl, coautor del citado estudio.

A las articulaciones de nuestro esqueleto tampoco les es indiferente el brócoli. Un trabajo dado a conocer en la revista 'Arthritis & Rheumatism' reveló que este vegetal crucífero protege el cartílago de las articulaciones en pacientes con osteoartritis, una de las grandes causantes de discapacidad en todo el mundo.

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