PROBLEMAS PARA LOS INVESTIGADORES
Los científicos no hablan ‘balleno’: encuentran un canto marino que no saben identificar
Investigadores estadounidenses han grabado un extraño gemido en las profundidades de la fosa de las Marianas, en el océano Pacífico. Aunque se parece a la conocida como 'llamada Star Wars’ de las ballenas enanas, todavía no han logrado determinar con seguridad el origen de este inquietante sonido.
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El abismo de Callenger es la zona más profunda de la corteza terrestre y de la fosa de las Marianas, una extensa depresión situada al noroeste del océano Pacífico. El fondo de este descomunal agujero se encuentra a unos 11 kilómetros de la superficie: la ausencia de luz, las bajas temperaturas y las altas presiones lo convierten en un lugar inhóspito.
Estudiar un área tan inaccesible no es nada fácil, pero los científicos se las han ingeniado para encontrar algunas pistas de lo que pasa allí abajo. Al equipo dirigido por el oceanógrafo de la NOAA Robert Dziak se le ocurrió utilizar un hidrófono (un micrófono acuático) para espiar a las pocas criaturas que viven en el abismo. Mantuvieron el aparato sumergido durante más de un mes en el verano del 2015, y de esa forma obtuvieron unas valiosas grabaciones que publicaron en marzo del año pasado.
Por extraño que parezca, el agujero no está en silencio, sino que actúa como una especie de caja de resonancia que magnifica los sonidos. Esto, unido a que las ondas sonoras viajan largas distancias en el agua, explica por qué los registros contienen ruidos de barcos y seísmos, además de cantos de distintas especies de ballenas. Pero en unos audios grabados en la fosa con anterioridad aunque como parte del mismo proyecto aparecían también unos extraños gruñidos difíciles de identificar.
Ahora, después de meses estrujándose los sesos, científicos de la Universidad de Oregón −también involucrada en la iniciativa− al fin han determinado en parte la fuente de aquellos gemidos, tomados por vehículos submarinos en otoño de 2014 y primavera de 2015. Según los expertos se parece bastante al canto de cierto tipo de ballenas. El problema es que no coincide con ninguno de los que se conocen hasta ahora.
La peculiar llamada dura alrededor de tres segundos y se divide en cinco partes, incluyendo roncos sonidos de frecuencias en torno a los 38 hercios y una aguda nota metálica final que alcanza los 8.000 hercios.
Un intérprete como ninguno
La estructura desconcierta a los investigadores: “La parte de los gruñidos de bajas frecuencias es muy típica de los cantos de las ballenas, pero el sonido vibrante lo hace realmente único. No encontramos muchos cantos de ballenas nuevos”, ha afirmado Sharon Kieukirk, experta en bioacústica de la Universidad de Oregón y autora principal de la investigación, publicada en 'Journal of the Acoustical Society of America'.
Sin embargo, el sonido se parece bastante a la conocida como 'llamada Star Wars’ que emiten las ballenas enanas que habitan en la Gran Barrera de Coral. Estos animales, que filtran el agua con sus barbas para alimentarse de krill y pequeños peces, tienen una amplia distribución geográfica y entonan distintos cantos según la zona del planeta en la que viven.
“No sabemos muchos sobre su presencia en bajas latitudes”, ha explicado Kieukirk. La especie que emite dicha llamada es la más pequeña entre las ballenas barbadas, no pasa mucho tiempo en la superficie y frecuentan áreas muy profundas con escasa visibilidad. Pero afortunadamente para los científicos cantan muy a menudo.
Según Nieukirk, la 'llamada Star Wars’ y la más reciente, bautizada como biovibración del Pacífico occidental, comparten muchas similitudes en su estructura, variación de frecuencia y final metálico. Por este motivo es razonable pensar que la segunda pertenece al repertorio de las ballenas enanas, pero aún quedan algunas dudas que resolver antes de saber si es así.
Además, hay otro enigma: los cantos de las ballenas barbadas suelen ir asociados a la época reproductiva, por lo que son más abundantes en invierno. Sin embargo, el atípico sonido fue registrado en la fosa de las Marianas durante todo el año. “Si es una llamada de apareamiento, ¿por qué la hemos grabado todo el año? Es un misterio”, ha asegurado la investigadora. Todavía deben analizar los datos para determinar si es más frecuente en algún período o estación determinados.
Ahora que conocen el canto, esperan identificarlo en pasadas y futuras grabaciones submarinas. “Necesitamos más datos, incluyendo la identificación genética, acústica y visual de la fuente para confirmar la especie y saber para qué usan este canto”, ha advertido Nieukirk. Esperan organizar una expedición para estudiar la zona ‘in situ’. De momento sólo pueden recurrir a esta estrategia, porque todavía no saben hablar balleno.
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