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NO SE PONE MARRÓN

¿Te comerías una de esas manzanas transgénicas 'inoxidables'?

Este mes llegará a los supermercados de EEUU una nueva manzana transgénica que no se pone marrón. Pero la desconfianza de los ciudadanos ante este tipo de productos plantea dudas sobre su éxito comercial.

Manzanas Artica

Manzanas ArticaOkanagan Specialty Fruits

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Ni en España ni en Europa se comercializan alimentos transgénicos de consumo humano, y tampoco está previsto que se vayan a autorizar a corto plazo. Sin embargo, en EEUU el panorama es bien diferente y este mismo mes aparecerá un nuevo producto en los supermercados del país: una manzana diseñada genéticamente para evitar que su carne se ennegrezca al entrar en contacto con el aire.

A todo el mundo le ha pasado alguna vez eso de pelar una manzana y que, al tardar más de la cuenta en comerla, su carne se oscurezca un poco. Esto se produce por un proceso de oxidación que es impulsado por una enzima que contienen las manzanas, llamada polifenol oxidasa.

Lo que han hecho los investigadores de la compañía Okanagan Specialty Fruits en su nuevo modelo de manzana, llamada Artica, es introducir una modificación genética que disminuye los niveles de esta enzima, reduciendo la oxidación y el oscurecimiento de la carne.

Los transgénicos son muy comunes

Esta cualidad ha convertido a esta fruta en uno de los primeros alimentos que han sido desarrollados para tener una característica orientada a los consumidores, dado que lo habitual es que los transgénicos dispongan de mejoras para facilitar su producción, como las variedades de maíz, soja y algodón que se han desarrollado para ser resistentes a los herbicidas o para repeler a algunos insectos.

Sin embargo, a pesar de estar diseñada para complacer a los consumidores, no está claro cuál va a ser la respuesta ante este producto, ya que no son pocos los que creen que los transgénicos son malos para la salud.

Según una encuesta elaborada el pasado año por el Pew Research Center, casi el 40% de los estadounidenses considera que los alimentos transgénicos pueden ser perjudiciales, a pesar de que existe un amplio consenso científico sobre la seguridad de los OMG -así se les conoce- que se encuentran actualmente en el mercado.

Además, esta falta de confianza en los transgénicos no parece que sea algo exclusivo de las generaciones más viejas, sino más bien todo lo contrario: casi la mitad de los jóvenes de entre 18 y 29 años cree que los alimentos que contienen algún ingrediente transgénico son peores para la salud.

Todo esto a pesar de que en la mayor revisión de estudios científicos realizados sobre el impacto de estos productos, publicada el pasado año por la Academia Nacional de Ciencias de EEUU, los científicos concluyeron que no hay ni una sola prueba de que los transgénicos tengan un impacto negativo en la salud de las personas.

El origen de la desconfianza

Ante este panorama, algunos investigadores trataron de averiguar los motivos de esta aversión a los transgénicos. Un estudio publicado en 2015 en la revista 'Cell' aseguraba que uno de los motivos fundamentales está en las abundantes representaciones negativas de estos productos y en lo intuitivas que son.

En un artículo publicado en 'Scientific American', los autores de este estudio afirman que una de las representaciones más habituales que tiene la población es que la información genética es algo esencial para la descripción de un individuo, con lo que piensan que insertar genes de una especie en otra puede transferirle muchas más características de lo que en realidad hace.

Por ejemplo, en un sondeo realizado en EEUU más de la mitad de la encuestados creía que un tomate modificado con ADN de peces tendría sabor a pescado, algo que carece de sentido alguno, pero que es explotado por las organizaciones anti-transgénicos mediante imágenes muy intuitivas, como la de unos tomates con colas de pez.

En cualquier caso, sea cual sea el motivo que lleva a la población a desconfiar de los alimentos transgénicos, con los números anteriormente expuestos parece difícil pensar que las nuevas manzanas vayan a triunfar en el mercado norteamericano. Sin embargo, hay mucho interés en observar cómo responde los estadounidenses ante este nuevo producto ya que, de triunfar, podría allanar el camino para los siguientes.

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