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TOCA IR AL CAMPO

Cuatro propiedades saludables científicamente probadas de las setas

Además de sabrosas, las setas no deberían faltar en la mesa en otoño por el bien de nuestra salud.

Setas en una cesta de mimbre

Setas en una cesta de mimbre Pixabay

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Las setas no sólo están muy buenas, es que también son buenas para tu salud, según la ciencia. Estos son los motivos:

Cargadas de vitamina D. Si quieres tener los huesos y los músculos tan fuertes como Popeye el Marino, olvídate de sus famosas espinacas enlatadas y prueba a tomar setas. según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Boston estos hongos comestibles contienen suficiente vitamina D2 para reemplazar a los suplementos vitamínicos que se recetan en cápsulas durante el invierno en caso de riesgo de osteoporosis, osteoartritis y otros problemas relacionados.

La única condición, dicen los autores, es que las setas hayan crecido expuestas a luz ultravioleta, ya que el proceso por el que generan esta vitamina es muy similar al que se produce en la piel humana cuando nos exponemos al sol. Por si esto fuera poco, la vitamina D también ayuda a combatir infecciones como la gripe y reduce el riesgo de padecer cáncer, enfermedad cardiovascular, depresión y diabetes.

Defensas a tope. Basta con comerse una ración de sabrosas setas shiitake (Lentinula edodes) al día durante cuatro semanas para observar cambios importantes en el sistema inmune, tal y como revelaba un estudio dado a conocer en 'Journal of the American College of Nutrition'.

En concreto los científicos midieron un descenso de las proteínas inflamatorias. Además, mejoró la función de un tipo de células defensoras llamadas células T gamma/delta, que ayudan a reconocer antígenos lipídicos y son especialmente abundantes en la mucosa intestinal.

Anticancerígenas. La seta de origen asiático Coriolus versicolor, usada en Oriente por sus propiedades medicinales, ha demostrado ser un 100% efectiva suprimiendo el desarrollo de tumores de próstata en ratones, según se podía leer hace poco en 'PLoS ONE'.

El compuesto responsable es el polisacaropéptido (PSP) y actúa sobre las células madre del cáncer, sin que se produzcan efectos secundarios tras el tratamiento. Eso sí, los investigadores afirman que este enorme potencial terapéutico no se podría lograr solo comiendo la seta, sino que es necesario sacar su extracto.

Antioxidantes. El champiñón portobello, de uso habitual en cocina, ha demostrado tener tantos antioxidantes como los pimientos rojos o el brócoli. Joy Dubost y su equipo de investigadores de la Universidad Penn State midieron la actividad de los polifenoles y la ergotioneina de las setas usando el test ORAC, que cuantifica la capacidad antioxidante centrándose en el radical libre más abundante en los seres humanos: el peroxilo.

Esta molécula juega un papel importante en el envejecimiento y en enfermedades como el cáncer, el alzhéimer o la aterosclerosis. Y el consumo de champiñones frena de forma visible su acción dañina

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