LLAMADO EN ALGUNOS LUGARES ‘VIENTO DE LA LOCURA’
‘Efecto Foehn’: cuando nuestro estado de ánimo y conducta están supeditados al viento
Existe un tipo de viento del oeste que, tras atravesar una cordillera montañosa, se convierte en seco y altamente molesto, ya no sólo por los desperfectos materiales que podría ocasionar sino porque afecta directamente en la salud física y mental de muchas personas.
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Así como el mundo científico no es capaz de ponerse totalmente de acuerdo para dar evidencia a ciertas dolencias que algunos pacientes dicen padecer cada vez que hay o se va a producir algún cambio meteorológico –por ejemplo el característico dolor de las articulaciones o de una vieja lesión-, sí que suelen coincidir en sus criterios a la hora de valorar el efecto nocivo que produce en el estado de ánimo -e incluso en sus conductas- de algunas personas respecto a según qué tipos de viento.
Uno de los que suele incidir más es el ‘viento Foehn’, el cual toma el nombre del término alemán ‘Föhn’ utilizado en el norte de los Alpes para referirse al viento del oeste, conocido por producir un curioso efecto termodinámico que no sólo afecta a la zona geográfica en la que tiene lugar –cordilleras montañosas-, sino que también incide en un gran número de habitantes que viven en sus alrededores.
El ‘Efecto Foehn’, meteorológicamente hablando, consiste en que cuando una masa de aire frío con un gran número de nubes cargadas de lluvia se encuentra en su camino con una pared de montañas que obstaculiza su desplazamiento horizontal debe sortearlas ascendiendo para después descender y continuar su camino.
Ahí es cuando se produce el gradiente adiabático, que consiste en que según va ascendiendo esa masa de aire para sortear la montaña va bajando su temperatura –al ritmo de unos 0,65ºC cada cien metros- y en el momento que llega a la corona desciende rápidamente, tanto el aire como la temperatura del mismo, dejando atrás las lluvias y soplando un molesto viento seco -la temperatura del aire baja de golpe alrededor de 1 grado centígrado por cada cien metros de montaña que desciende-.
Los días que toca padecer el 'efecto Foehn' los lugareños suelen referirse al mismo como el ‘viento de locos’ o ‘viento de la locura’.
Es tan importante el impacto de este fenómeno en los Alpes que el propio servicio de meteorología suizo está en constante alerta para medir la incidencia del Foehn, creando informes cada diez minutos.
Y es que no se trata de un simple viento que vaya a causar unos daños materiales irreparable: lo que más se le teme es a las consecuencias físicas y emocionales que va a afectar a un gran sector de la población, existiendo un término en alemán para referirse a la sintomatología de quienes se ven perjudicados por ello: Föhnkrankheit –enfermedad de foehn-.
Cada vez que azota ese viento del oeste desde el sur se incrementan los casos de neurosis que afectan a muchas personas, las consultas médicas se llenan de pacientes que acuden aquejados de fuertes dolores de cabeza, problemas cardiacos, respiratorios, insomnio, cansancio generalizado, náuseas o cambios en la conducta -mostrándose irritables e incluso serios cuadros de ansiedad o depresión-.
A lo largo de la historia se han dado un buen número de casos de suicidios y delitos llevados a cabo por personas a las que previamente ya se les había diagnosticado trastornos mentales relacionados con los días de viento.
Hay quien señala que en países afectados por el efecto Foehn algunos jueces han llegado a ser indulgentes con el procesado cuando éste ha cometido un delito bajo la influencia de este fenómeno meteorológico.
No sólo son los suizos los perjudicados por el efecto Foehn, ya que hay un gran número de países que se ven afectados por él. En nuestro país sucede en las zonas de cordilleras montañosas como la Cornisa Cantábrica, los Pirineos, las Islas Canarias o la Sierra de Gredos, donde son muchos los testimonios de personas que residen en sus inmediaciones que se quejan de lo que les llegan a afectar física y psíquicamente los días de viento.
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