LA CAZA FURTIVA EXTERMINA SU POBLACIÓN
Los elefantes podrían desaparecer en un siglo en África
El mercado negro del marfil provoca un baño de sangre entre los elefantes africanos. Cada año son aniquilados más de 30.000 ejemplares y su población lleva disminuyendo desde hace cuatro años.
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Si fuéramos políticos, podríamos decir que la población de elefantes africanos llevan desde 2010 en crecimiento negativo, a un ritmo de pérdida de población de entre 2 y 3% anual. Sin embargo, podemos dejar los eufemismos: los cazadores ilegales están exterminando a los elefantes, una situación que cada vez está más descontrolada.
“El hombre es un lobo para los paquidermos”, podemos afirmar modificando la frase de aquel poeta latino.
Un estudio publicado en 'PNAS' ha cuantificado con un nuevo modelo científico el declive de elefantes africanos por la caza furtiva. Los investigadores concluyen que es la responsable del 7% de las muertes entre 2010 y 2012, con una tendencia similar durante el año pasado.
Primero, se analizaron las tasas de mortalidad “ilegal” a escala local, en Samburu (Kenia). A continuación, se aplicó el mismo método de estudio a otras 45 zonas con los registros de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES).
Pocas zonas de África se salvan: el 75% de todas las poblaciones de los elefantes disminuye por culpa del uso posterior del marfil que tienen en sus colmillos, utilizados en artículos de lujo y en la medicina tradicional asiática.
Se matan más de los que nacen
Nos encontramos en un punto crítico debido a la fiebre por el “oro blanco”, tan preciado en Asia. El comercio de marfil se prohibió en 1989, aunque China adquirió reservas de marfil de fuentes legales hace seis años, que son utilizadas por talladores autorizados por el propio gobierno.
El estudio ha confirmado que cuanto mayor es su precio en el mercado negro más aumentan los asesinatos de elefantes para satisfacer la alta demanda. Según la ONG 'Save the Elephants' el precio del kilo de marfil se ha triplicado en los mercados asiáticos.
Se estima que a principios del siglo XX había 20 millones de elefantes en África. En 1980, quedaban un millón de ejemplares y actualmente superan por muy poco el medio millón. Duele ver cómo hemos diezmando en número a uno de los animales más inteligentes del planeta a causa de la deforestación, la urbanización y la industrialización.
Duele aún más ver la inacción contra la masacre atroz provocada por la codicia humana y su afán por el marfil.
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