ERA UNA CABRA MONTÉS IBÉRICA
España ha tenido el único animal que se ha extinguido dos veces
Una subespecie de cabra montés endémica de los Pirineos extinta fue clonada en el 2003, pero volvió a morir a los pocos minutos de renacer.
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Por suerte o por desgracia, los humanos no convivimos con los dinosaurios, y ni siquiera nos hemos topado con los depredadores del Jurásico en nuestro paso por la Tierra. El proceso evolutivo tiene algo que ver en esto: según avanza la historia, algunas especies desaparecen y dejan paso a otras que se adaptan mejor a las nuevas condiciones del entorno.
No obstante, existe una subespecie que murió, regresó a la vida y volvió a esfumarse del planeta poco después de su resurrección. Se trata del bucardo (‘Capra pyrenaica pyrenaica’), una cabra pirenaica que fue el primer animal que, después de ser clonado, volvió a extinguirse por segunda vez.
Esta subespecie de cabra montés era común en la cordillera de los Pirineos y otras regiones españolas como el País Vasco, Navarra, el norte de Aragón y el norte de Cataluña. De hecho, era todo un emblema en la Península, pero sus enormes y curvados cuernos le convirtieron, además, en un atractivo objetivo de caza. A finales de la segunda mitad del siglo XX era más común ver a estos animales adornando las paredes de los furtivos que corriendo libremente por su hábitat natural.
Si bien se tomaron medidas en la década de 1980 para evitar que los bucardos fueran borrados de la faz de la Tierra, a finales de los '90 sólo quedaba uno con vida: un ejemplar hembra que fue bautizada como Celia y que fue descubierta en enero del año 2000 en el parque nacional de Ordesa.
Aunque la hembra murió a los diez meses de edad sepultada por un árbol, el hallazgo de este animal hizo posible que esta subespecie resurgiera de las cenizas como el Ave Fénix, aunque con un poco de ayuda de la ciencia.
El veterinario Alberto Fernández-Arias consiguió tomar una muestra de células de la oreja, de la sangre y del costado de Celia, en un último intento de conservar su material genético. Así, un grupo de científicos del Gobierno de Aragón liderados por el investigador José Folch, se puso manos a la obra para clonar a la cabra utilizando sus células, como había hecho un grupo de científicos estadounidenses con la oveja Dolly sólo unos años antes.
El proceso de reproducción dio sus frutos y el 30 de julio de 2003 nació en Zaragoza una cría de bucardo que apenas logró sobrevivir unos minutos a causa de una afección pulmonar que le impedía respirar, una malformación que acabaría ahogándola.
A pesar de que ya no queda ni un individuo en nuestro planeta, los bucardos han conseguido que su nombre perdure a lo largo del tiempo en los libros de ciencia e historia como el primer animal extinto que resucitó por clonación y que murió dos veces.
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