DÍAS ENTEROS SIN LUZ, TEMPERATURAS BAJO CERO Y MUCHO VIENTO
Estas son las extremas condiciones en las que vive Papá Noel
Finlandia nacionalizó hace un tiempo a Papá Noel, que pasó a vivir en Laponia. Concretamente tiene su taller en un núcleo urbano llamado Rovaniemi, frontera con el círculo polar ártico, un lugar de bajísimas temperaturas y escasas horas de luz.
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Hay un pequeño municipio finés llamado Rovaniemi, con poco más de 60.000 habitantes. Allí la temperatura media anual apenas supera los 0 grados, y la nieve cubre sus calles uno de cada dos días. Cada 21 de diciembre, justo cuando Papá Noel se prepara para salir a trabajar, la noche lo invade todo: apenas tienen dos horas de luz en diciembre, y un poco más al norte el día entero es una noche impenetrable.
En aquellos lares todo es hielo y glaciar. Escasa vegetación, salvo algunas abigarradas especies de árboles y matojos, entre rocas hace no demasiado cubiertas por metros de hielo.
Allí está el taller de Papá Noel, que en fechas como estas está a tope de producción, y donde se deben registrar temperaturas de unos diez grados bajo cero sin mayores problemas en un día normal. Con razón los duendes que le acompañan trabajan a destajo fabricando juguetes sin parar: si paran se congelan. Imagina al pobre Rudolph con la nariz roja: cómo la va a tener con semejante frío.
Por si todo lo anterior no fuera suficiente, la zona es una inmensa planicie donde la máxima elevación apenas supera los 200 metros. Allí las corrientes de viento helado peinan la zona constantemente, a razón de unos 1.900 ciclones de viento helado cada año, según recientes investigaciones.
No deja de ser curioso que Papá Noel, nacido en Turquía y venerado en Italia según la adopción cristiana del mito pagano, acabara eligiendo tan remoto lugar para instalarse. Al menos eligió el Polo más benigno, porque al otro extremo del mundo, donde últimamente se han descubierto enormes lagos de agua subterránea, las condiciones son aún más extremas. Imagínatelo...
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