FUNCIONAN COMO PARÁSITOS INVASORES Y PUEDEN ACABAR CON COMUNIDADES ENTERAS
Feromonas sexuales para evitar que las lampreas acaben con los peces de agua dulce
Los hiperoartios o lampreas de mar suponen una amenaza para las comunidades de agua dulce. Estos peces son capaces de acabar con 18 kilogramos de pescado a lo largo de su vida. Para lograr combatirlos, el Gobierno de Estados Unidos ha aprobado una nueva iniciativa que consiste en utilizar feromonas sexuales. Las hembras huelen este biopesticida, se encaminan a su encuentro sexual y finalmente caen en la trampa.
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Los hiperoartios, conocidos vulgarmente como lampreas, son peces sin mandíbulas de unos 50 centímetros de largo con un aspecto similar al de las anguilas. Su boca, una ventosa completamente cubierta de círculos concéntricos de espeluznantes dientes puntiagudos, succionan los fluidos corporales de sus víctimas, lo que las ha convertido en un auténtico icono de los relatos y películas de terror.
Lo cierto es que, en este caso, su aspecto es consecuente con su amenaza para el entorno: las lampreas son tremendamente voraces y una sola de ellas es capaz de acabar con hasta 18 kilogramos de pescado a lo largo de su vida, lo que supone un destrozo para las comunidades de agua dulce cuando estas invaden desde el mar.
Y es que la aparición de las lampreas de mar resulta preocupante, sobre todo, en las regiones de los Grandes Lagos de Estados Unidos y también en Canadá. Es probable que estos especímenes viajen adheridos a los buques, por ejemplo. Sea como fuere, las lampreas existentes en los Grandes Lagos parecen tener un apetito voraz.
“Matan a su anfitrión, crecen demasiado y comen muchísimo. Son realmente algo más que un simple depredador. Después de que estos invasores dentudos proliferaran a mitad del siglo XX, los ecosistemas están a punto de derrumbarse, de colapsar, llevándose con ellos las prósperas industrias de pesca y turismo con ellos”, explica Nicholas Johnson, ecologista de la investigación en la Estación Biológica Hammond Bay del Servicio Geológico de los Estados Unidos en el lago Huron en Millersburg, Michigan.
Para luchar contra la devastación de estas lampreas, el Gobierno de Estados Unidos ha decidido aprobar una iniciativa: utilizar su sentido del olfato para atraerlas y destruirlas dado que las anteriores medidas para controlar la población de lampreas, ya fuese impidiendo que alcanzasen zonas de apareamiento o incluso con sustancias químicas para acabar con las larvas, no han funcionado.
La nueva medida se basa en utilizar la feromona sexual (llamada 3kPZS) que los machos emplean para atraer a las lampreas hembras como ingrediente crucial de una trampa para lampreas. Hace unos años el propio Nicholas Johnson demostró que las trampas aumentaban su eficiencia en un 10% de promedio y, en algunos casos, en un 30%.
Como las lampreas hembra pueden detectar estas feromonas a distancias de al menos dos kilómetros, el alcance de esta trampa se vuelve muy productivo. Las hembras huelen esta feromona -que ya se ha aprobado y registrado oficialmente como “biopesticida”- y se disponen a encaminarse a su deseado encuentro sexual cayendo en la trampa. El resultado es una población más reducida y una mejora del medio ambiente.
Se trata del primer biopesticida aprobado para controlar a los vertebrados pues muchos otros ya se están utilizando para combatir las polillas, los escarabajos y otros insectos molestos.
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