¿CUÁLES DE SUS DONES PODRÍAN SER REALES?
La física imposible de los elfos
Rápidos, sigilosos, ágiles, fuertes, inteligentes... todo eso son los elfos. Pero es que, además, son inmortales ¿Qué de todo esto podría ser real en nuestro mundo?
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Los elfos no existen, empecemos por aclarar esto por si hay algún despistado. Pero... ¿podrían existir? Planteemos la pregunta de otra forma: esas características físicas y sensitivas que les hacen tan especiales, ¿serían físicamente factibles? Complicado, cuanto menos.
Hablamos, claro, de los elfos por excelencia, los que creó JRR Tolkien para su saga de El Señor de los Anillos, con sus precuelas y secuelas. Son, por lo general, criaturas armoniosas, que saben cantar bien, tocan instrumentos musicales con extraordinaria precisión, son atractivos, pacíficos, viven en equilibrio con la naturaleza, luchan prodigiosamente bien cuando es necesario... hasta ahí todo más o menos posible, dependiendo de los talentos de cada cual.
Incluso tienen una curiosa característica física que se repite en muchas criaturas de la ciencia ficción, desde el doctor Spock hasta los Na'vi de Avatar, pasando por toda la mitología faérica: orejas puntiagudas. Eso en sí no es imposible, todo sería cuestión de que una especie tuviera ese rasgo, igual que hay especies animales con cola, con hocico o con escamas.
Pero empecemos con las complicaciones: se mueven extraordinariamente rápido y de forma absolutamente sigilosa. Esto no es imposible en sí, ya que especies como la de los felinos son capaces de hacerlo. Los gatos, por ejemplo, que tienen un tono muscular tal que les permite saltar en posición de parada hasta ocho veces su altura, y son capaces de huir a la carrera a gran velocidad casi sin hacer ruido.
Ahora bien, la primera complicación se da al aumentar la velocidad: los felinos más rápidos del mundo tienen una mayor masa muscular, por lo tanto más peso, y unas patas más voluminosas y pesadas lo que provoca que sí hagan ruido. Si tienes la ocasión de ver a un guepardo en carrera verás que sí se les oye al trote.
Físicamente necesitas músculos pesados y patas fuertes para poder ser rápido, y a la vez necesitas patas pequeñas y ligeras para ser silencioso, y no se puede tener todo a la vez. Ya puestos, más de dos patas para ganar fuerza de impulso ayudarían... y los elfos sólo tienen dos.
La cosa se complica aún más cuando resulta que la velocidad y el silencio de los elfos viene porque son ligeros. Bueno -pensarás- muchas aves tienen huesos livianos, con grandes cavidades repletas de aire que les permiten minimizar su peso y, junto con otras características, volar. Los elfos no vuelan, pero tampoco serían criaturas de unos pocos gramos. De hecho, son más delgados que los humanos, pero también más altos. Como poco, siendo que su apariencia -y cabe pensar que su 'relleno'- es similar a la de los humanos, unos cuarenta kilos por ejemplar, como poco, habría que echar.
Y resulta que pese a eso son capaces de caminar sobre la nieve sin dejar huella. Mal vamos, al menos con la física.
Uno de los principios de la física, la presión, se determina por el peso y la superficie sobre la que se apoya dicho peso. Para que un peso de unos cuarenta kilos fuera capaz de sostenerse sin dejar huella alguna en la nieve necesitaría unos puntos de apoyo inmensos y muy distribuidos. No, no hablamos de una talla cincuenta de zapatos, sino muchísimo más. O eso o que la nieve no es nieve, sino hielo grueso...
Y todo eso sin tener en cuenta que los elfos de Tolkien no van desnudos por el mundo. Llevan ropa, armas e incluso armaduras. Y vale que sean maestros forjadores casi a la altura de los enanos, pero todo eso pesa ¿Qué explicación física podría darse a que toda esa masa con un peso estimado similar al de los humanos no dejara huella en la nieve?
Para explicar el efecto de una fuerza la fórmula clásica viene a decir algo como que el cuerpo sobre el que proyectas una fuerza tiende a ejercer la misma fuerza en sentido opuesto, no de forma activa, sino pasiva. Al menos, claro, si es sólido. Por ejemplo, ponte unos patines y empuja una pared: no es que la pared te empuje, sino que ella no se mueve, y al reducir el rozamiento de tu desplazamiento (las ruedas), una fuerza semejante a la que tú haces te acaba desplazando en sentido contrario.
Para que un elfo 'flotara' sobre la nieve se requeriría que la nieve fuera sólida, o bien que ejerciera una fuerza igual a la que el elfo, con su armadura, ropas y equipaje, ejerciera sobre la nieve en función de la gravedad. Y no, la nieve no es una pared, y los elfos ya hemos dicho que no vuelan.
Claro, que también hay libros que hablan de gente que caminaba sobre las aguas, pero esto ya escapa a la física.
Otro de los rasgos distintivos de los elfos es el tener una vista y un oído privilegiados, como las de un ave y un pequeño mamífero. Esto, como lo de las orejas puntiagudas, no es imposible, sino que dependerá de los rasgos genéticos de una especie concreta. Siendo mamíferos igual, es muy distinta la forma de ver de un perro y de un humano, por ejemplo, en cuanto a sensibilidad a los colores, las distancias y las intensidades ¿Por qué no un elfo puede tener la vista de un águila y el oído de un murciélago? Por poder...
Y llegamos al punto clave, el que define a los elfos: son inmortales. Vaya. Nada de lo que conocemos es inmortal. Puede ser longevo, incluso muy longevo, pero según nuestro conocimiento, todo organismo vivo acaba pereciendo.
Pero, ¿qué es la muerte por decadencia? Básicamente es que las células que componen un cuerpo vivo se van deteriorando y, al reproducirse, van reduciendo su capacidad de multiplicarse hasta que son insuficientes o, en su lugar, se reproducen de forma deficiente, provocando 'malformaciones' que acaban por multiplicarse en cada cambio generacional. El efecto es el mismo: el organismo es capaz de vivir con una cantidad insuficiente de células funcionando correctamente.
En realidad existe algún organismo que es virtualmente inmortal, como un microorganismo que fue encontrado por casualidad en el fermento de una cerveza y que es capaz de reproducirse a mayor velocidad de lo que muere y que reparte su 'carga defectuosa' al dividirse. En realidad sí es mortal, porque cada generación va decayendo en efectividad y aparecen taras que merman su correcto funcionamiento, aunque sean mínimas. Pero claro, los elfos no son microorganismos, sino seres complejos.
En resumidas cuentas: los elfos podrían existir, salvo por lo de ser inmortales y caminar sobre la nieve, si una especie genéticamente diferenciada heredara capacidades que ya existen por separado en la naturaleza. Eso sí, hay algo aún más difícil que esto: que alguien que hizo el papel de agente Smith en Matrix pegue como patriarca elfo, eso sí que es mucho pedir a las leyes de la ciencia.
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