ESTUDIO DE LAS AGUAS RESIDUALES
Un historial médico en las cloacas: todo lo que tus desechos dicen sobre tu salud
Puede que no le des importancia a eso que desaparece cuando tiras de la cadena, pero a la ciencia le interesan tus desechos. Los investigadores estudian las aguas residuales de las ciudades porque las bacterias, virus y químicos que contienen provienen directamente del cuerpo de sus habitantes. Y todo ello revela información sobre la salud de las personas.
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En un estudio científico sobre estadísticas de salud humana los participantes suelen ser, efectivamente, personas. Resulta difícil imaginar otra manera de determinar la tasa de obesidad de una población que la de considerar cuántos de sus habitantes sufren esta condición o seleccionar una muestra en la que buscar una tendencia.
Sin embargo, sí hay otra forma. Los científicos han encontrado un método alternativo que no requiere de la exposición de ningún individuo. No tienen que pedir a nadie que vaya a un centro de investigación, ni analizan los datos de los pacientes de un hospital. Ahora centran su atención en otro aspecto bastante menos agradable: los desechos orgánicos.
Los microorganismos que existen en las heces humanas provienen directamente del intestino de sus excretores y dicen mucho sobre su salud. Un grupo de científicos de la Universidad de Wisconsin y del Laboratorio de Biología Marina de Woods Hole en Massachusetts han comprobado que puede determinarse la tasa de obesidad en una ciudad estudiando las aguas residuales. Y no solo eso, sostienen que su método es más eficiente que muchas mediciones habituales basadas en otros datos.
Para llegar a esta conclusión analizaron más de 200 muestras sacadas de plantas de tratamiento de 71 ciudades estadounidenses diferentes. Con ellas utilizaron técnicas de secuenciación genómica para identificar las distintas especies de bacterias de desechos orgánicos humanos.
La diversidad del microbioma (comunidad de microorganismos) de las personas suele mantenerse más o menos constante y se relaciona con sus costumbres alimentarias; es decir, los pequeños habitantes de tu intestino dependen en gran parte de la dieta. Por eso, a partir de sus hallazgos, los investigadores pudieron estimar la tasa de obesidad con una exactitud de hasta el 89%, comparada con las conocidas para la misma área.
Estos expertos no han sido los primeros ni los únicos en dirigir su atención a las cloacas y estaciones de tratamiento. Científicos de la Universidad de Cambridge y el MIT ha realizado un estudio similar: en enero recogieron muestras de las aguas residuales de la ciudad de Cambridge para buscar virus, bacterias y moléculas que indican la presencia de drogas.
El MIT también es el responsable del proyecto ‘Underworlds’, del Senseable City Lab, que pretende analizar los desechos humanos para recopilar información sobre sus dueños a través de ‘Smart Sewage’. Se trata de una plataforma inteligente que recoge las aguas residuales, las filtra y utiliza técnicas computacionales para analizar el material genético e identificar microorganismos y químicos. Aún están diseñando el primer prototipo que probarán en Boston en 2016.
Junto a ellos, un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva York recoge muestras de las cloacas de sus diferentes barrios para elaborar un mapa genético de los virus y bacterias que contienen.
Todas estas iniciativas son en realidad la aplicación de los estudios centrados en conocer qué puede decir el microbioma intestinal de nosotros. Y es mucho. Da pistas de nuestra salud digestiva, pero también puede afectar al estado de ánimo de su hospedador y el funcionamiento del cerebro. Por eso existen investigaciones como el Proyecto Microbioma Humano, cuyo objetivo es identificar y secuenciar el genoma de todos los microorganismos que habitan en el cuerpo para conocer el papel que cumplen en el desarrollo de enfermedades.
Los científicos del MIT no solo trabajan en una plataforma ‘smart’, sino que prevén aplicar el mismo método a escala individual en forma de retretes inteligentes que aporten datos sobre tu salud. Cuando tiras de la cadena, el agua arrastra todo un historial médico. La ciencia solo ha empezado a aprovecharlo.
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