La medicina está cada vez más cerca de poder regenerar un pene

La medicina regenerativa tiene como objetivo reconstruir órganos 'in vitro' con las propias células del paciente antes de su implantación. Dentro de la especialidad, y tras muchos años de trabajo, parece mucho más cerca el hito de poder regenerar un pene.

En 2008 Anthony Atala se jugaba 16 años de trabajo en un experimento con doce conejos machos a los que les habían injertado un pene en el Instituto de Medicina Regenerativa de Carolina del Norte. En menos de un minuto podría comprobar cómo éstos se podrían desmayar después de un coito... o como se desvanecían sus avances en el laboratorio.

Ocho de los doce eyacularon y cuatro tuvieron descendencia. Era una prueba de que su trabajo había dado sus frutos y que era posible crear penes en laboratorio y transplantarlos a humanos.

Hasta ese momento había dos opciones, ambas siguen estando vigentes hasta que sea factible aplicar estos avances en humanos. La primera es la reconstrucción genital con piel y músculo del antebrazo, aunque la prótesis para recuperar la función sexual podría ser problemática. La segunda es peor: utilizar el pene de otra persona, aunque el sistema inmunológico y los efectos psicológicos pueden convertir el transplante en una pesadilla.

Atala espera que su descubrimiento mitigue las reacciones porque está creado con células del propio paciente “El falo es más largo de lo que se piensa. Va desde la pelvis, así que no importa cómo de grande haya sido el daño, hay muchas posibilidades de que todavía existan células salvables”, afirma en el diario The Guardian.

El autotransplante puede satisfacer las necesidades de hombres que hayan perdido su pene por defectos genitales, por una herida traumática, por una cirugía a causa de un cáncer agresivo o incluso por amantes en busca de venganza (que de todo hay).