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LAS MANADAS SE REDUCEN Y ASILAN POR LA PRESENCIA DEL HOMBRE

El ocaso del lobo: así está desapareciendo uno de los cazadores más históricos del planeta

No se considera amenazada de forma inminente, pero en pocos siglos el lobo ha perdido casi la mitad de su territorio. Prácticamente extinguido en Europa y EEUU, el hombre tiene la culpa de su progresiva desaparición.

Lobo

Lobo National Digital Library of the United States Fish and Wildlife Service

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Había varias formas chistosas de titular un artículo como este. Desde parafrasear los cuentos infantiles con un '¡Que se va el lobo!' hasta darle una vuelta a la célebre cita que popularizó Thomas Hobbes de 'Homo homini lupus'. Lo malo es que aquí no hay chiste alguno: el lobo está desapareciendo poco a poco, y somos nosotros, los humanos, quienes tenemos la culpa.

Si bien es cierto que el lobo como especie no está en peligro de extinción, y que sigue poblando amplias extensiones del territorio, resulta significativo ver cómo ha ido desapareciendo poco a poco de nuestros mapas. Esta es la actual zona donde se pueden encontrar lobos en libertad, incluyendo algunos rincones de España e Italia como únicos bastiones en Europa, y el borde norte de EEUU. Ni rastro en el Hemisferio Sur

Viendo ese mapa se puede llegar a la conclusión de que sigue siendo una especie con una notable penetración en nuestro planeta, campando a sus anchas en zonas frías, a excepción de la alta montaña. Sin embargo, hay una lectura preocupante del mapa: de donde ha desaparecido es de las zonas más pobladas, como puede ser nuestro continente y EEUU en su práctica totalidad, así como China.

¿Están los humanos masacrando a los lobos? No directamente, pero sí los han desplazado. Nuestro crecimiento exponencial ha implicado que las manadas huyan y cambien de hábitat y, en consecuencia, alteren su población y se concentren y reduzcan. El problema, además, implica que hay áreas geográficas aisladas con poblaciones de lobos que corren el peligro de no renovarse genéticamente al no estar en contacto con demasiados congéneres. Es decir, se han vuelto en muchos casos endógamos, traspasando taras genéticas de generación en generación.

Para entender la dimensión del problema y cómo ha ido evolucionando, otro mapa compara las áreas actuales en las que habitan los lobos con aquellas zonas que un día habitaron.

En cualquier caso, dentro de la especie de los lobos, existen amplias variedades diferentes. Obviamente son compatibles genéticamente entre ellos, pero los diferentes hábitats a los que han sido empujados han hecho que se separen geográficamente y se reduzcan las áreas donde cada subespecie habita.

Un ejemplo pequeño, localizado en un área muy concreta de ese hábitat menguante, es el que tiene lugar en la Isla Royale, en el Lago Superior, en la frontera entre EEUU y Canadá. Se trata de una zona semiaislada, donde sólo con el frío invernal se crea un puente de hielo que une la isla, poblada de lobos, con el resto del continente.

La expansión poblacional de la zona, unida al cambio climático, ha sido letal para el lobo. A causa de lo primero, los lobos han ido reduciendo sus miembros y distanciando sus mandas, y a causa de lo segundo, ese puente de hielo ha dejado de formarse regularmente. De hecho, según revela Popular Science, desde 1997 no se había formado un puente en condiciones que permitiera a los lobos de la isla abandonarla para aparearse con ejemplares genéticamente diferentes.

Tras más de un siglo habitando la zona, apenas diez ejemplares han sido avistados por la vigilancia aérea de un estudio que lleva décadas en marcha sobre cómo la presencia de lobos en la zona ha contribuido a la conservación del entorno, ya que ha actuado como depredador natural del arce, en una de las relaciones depredador-presa más antiguas que se conocen. Sin embargo la presencia del hombre y el cambio climático han conllevado el aislamiento y la endogamia del lobo, con su consecuente desaparición progresiva, y el desequilibrio trófico y natural para la zona. Queda por ver si el puente de hielo formado este año sirve para 'limpiar' genéticamente las manadas de la zona... o si es demasiado tarde.

¿Es el caso de Isla Royale un aviso de lo que puede pasar en el futuro si el hábitat mundial del lobo sigue reduciéndose y formando grupos aislados? En ocasiones no hace falta convertirse en presa para desaparecer del mapa. Y eso aunque seas uno de los depredadores más antiguos que pueblan la Tierra.

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