EXPULSARÍAN HIERRO FUNDIDO
¿Puede haber volcanes en un asteroide?
Después de su formación, el material líquido del núcleo de algunos asteroides metálicos podría haber salido a la superficie. Tanto los meteoritos metálicos encontrados en la Tierra como los asteroides metálicos que aún surcan el Sistema Solar podrían esconder pistas que confirmen la ocurrencia de este fenómeno en el pasado.
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Aunque abundan poco en las colecciones científicas (representan en torno al 8 %), los metálicos son el tipo de meteorito que más frecuentemente se encuentra sobre la Tierra. Como su nombre indica, están compuestos por metales sólidos y pesados que aceleran su caída a la superficie de nuestro planeta una vez atraviesan la atmósfera.
Muchos de estos curiosos objetos, mayoritariamente formados por hierro y níquel, proceden de grandes asteroides también metálicos que se han desintegrado al impactar contra otros cuerpos del Sistema Solar. Además de aportar pistas sobre la composición del núcleo terrestre, estos asteroides podrían esconder otro interesante secreto geológico: algunos de ellos podrían haber tenido volcanes en su superficie.
La hipótesis ha sido planteada por dos científicos de la Universidad de California en Santa Cruz, inspirados por la misión de la NASA que enviará una sonda a Psyche, el mayor asteroide metálico del Sistema Solar. La agencia espacial estadounidense, que ha fijado el 2022 como fecha del lanzamiento, se ha encargado de financiar los estudios sobre vulcanismo espacial de estos investigadores.
Vestigios del pasado
Los asteroides metálicos se originaron durante la formación de los planetas del Sistema Solar, debido a las colisiones de los protoplanetas o planetoides. Con los choques, perdían pedazos de sus capas más superficiales, dejando al descubierto su núcleo fundido rico en hierro. Pero a causa de las gélidas temperaturas espaciales, este material líquido pronto comenzaría a enfriarse y solidificarse.
“Algunos [asteroides] cristalizarían desde el centro hacia el exterior y no habría actividad volcánica, pero otros habrían cristalizado desde las capas más externas hacia el interior, dando lugar a una lámina de metal sólido en la superficie y metal en estado líquido debajo”, ha explicado el profesor Francis Nimmo, uno de los científicos implicados en la investigación.
El académico animó a uno de sus alumnos, Jacob Abrahams, a indagar sobre la composición de los meteoritos y asteroides metálicos. Fue a este último a quien se le ocurrió la idea de los volcanes: el material fluido bajo la dura corteza de estos cuerpos podría haber salido a la superficie, de forma similar a las erupciones terrestres.
Pero aún queda mucho camino por recorrer para saber los detalles del fenómeno. Por un lado, los investigadores desconocen el aspecto que podrían tener los cráteres de estos volcanes férricos. Dependerá de la composición del líquido. Si se tratara de hierro más o menos puro, “tendríamos flujos de muy baja viscosidad extendiéndose en láminas por la superficie”, indica Nimmo.
Por el contrario, si en la composición hubiera otros elementos más ligeros y gases que se expanden rápidamente, “podríamos haber tenido volcanismo explosivo que habría dejado agujeros en la superficie”, continúa el investigador. Sin embargo, aunque la futura misión Psyche podrá buscar pistas in situ, puede que no las encuentre: los miles de millones de años de vida de los asteroides metálicos podrían haber borrado toda huella de su existencia.
Mientras tanto, los científicos pueden fijarse en otros elementos mucho más cercanos. “Hay muchos meteoritos metálicos en la Tierra y ahora que sabemos lo que estamos buscando, podríamos encontrar en ellos evidencias de vulcanismo”, asegura Nimmo. De haber salido a la superficie, el material del núcleo de los asteroides se habría enfriado rápidamente y se notaría en la composición de los meteoritos, que también podrían mostrar agujeros.
Cuando presentaron sus teorías en una reciente conferencia sobre ciencia lunar y planetaria, el profesor y su discípulo descubrieron que había otro grupo de científicos que estudiaban el mismo fenómeno. “No es una idea descabellada, pero nunca habíamos pensado en vulcanismo férrico anteriormente. Es algo nuevo y muy interesante de investigar”, concluye Abrahams.
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