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LOS HACEN INSUFRIBLES

¿Por qué nos perturba tanto escuchar gritos humanos?

Los alaridos emitidos por personas comparten ciertas características que los hacen especialmente insufribles. El secreto no está en el volumen.

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¿El grito de Janet Leigh en ‘Psicosis’ te puso los pelos de punta? No eres el único: el cerebro humano está diseñado para identificar los alaridos como signos de alerta, de ahí la reacción. Un nuevo estudio sugiere además que los proferidos por personas comparten ciertas características que les hacen especialmente insoportables.

Sus autores son un equipo de neurocientíficos que han analizado los chillidos de distintas películas y algunos grabados en el laboratorio. Según sus hallazgos, publicados en ‘Current Biology’, el factor clave no es simplemente el volumen. Todos ellos comparten ciertos patrones de rugosidad, la variable que expresa la rapidez con la que los sonidos se hacen más estridentes.

Cuando una persona se comunica en un tono normal, el rango de volumen oscila entre cuatro y cinco hercios. Si le da por gritar, la diferencia puede ser de entre 30 y 150. Los participantes en el estudio encontraban los alaridos más perturbadores cuanto mayor era esta cifra.

Además de sus reacciones externas, los investigadores registraron la actividad cerebral de los voluntarios. Los berridos producían un incremento de actividad en la amígdala, la región encargada de procesar y recordar el miedo.

Los investigadores aseguran que los sonidos de las sirenas de ambulancias y camiones de bomberos tienen propiedades similares, por eso llaman tanto la atención (cumpliendo así con su objetivo).

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