ANIMALES POLÍGLOTAS
¿Por qué un perro hace 'guau' en español, 'woof' en inglés y 'wan wan' en japonés?
La lingüística no ha dedicado mucho tiempo a analizar por qué cambia tanto la representación humana de los sonidos de los animales, cuando en todos los sitios emiten los mismos ruidos.
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Convivir con niños pequeños en casa es, para muchos urbanitas, lo más cercano a vivir en una granja escuela que van a estar. Los protagonistas de muchos de sus juguetes y sus primeros libros son el oso, la vaca o el perro, por lo que el "muu", el "miau" y otros muchos sonidos forman parte de nuestra vida cotidiana aunque no tengamos mascotas en casa.
Los sonidos que los humanos hacen o escriben para representar los ruidos de los animales son distintos en la mayoría de los idiomas. Todos, se supone, representan el sonido real que hacen y son ortomatopeyas. De esta expresión lingüística Rousseau y otros pensadores afirmaron hace siglos que surgió el lenguaje (una teoría totalmente descartada a estas alturas, por cierto).
La cuestión es que hay un montón de ejemplos de las diferencias que nos encontramos a la hora de crear dichas represntaciones. La web Bzzzpeek recoge grabaciones de hablantes nativos de varios idiomas, mayormente niños, haciendo sonidos de animales. Es cierto que hay algunas excepciones en las que hay consenso, como el "miau" de los gatos... aunque tampoco porque en japonés los felinos dicen "nya nya".
Si queremos un ejemplo muy variado y escrito podemos recurrir a la recopilación de Derek Abbott, de la Universidad de Adelaida en Australia, aunque confiesa que hace la recopilación en sus ratos libres o en congresos internacionales en los que pide a científicos de varios países que le escriban la transcripción de los sonidos de los animales. Abbott cree que no hay estudios sobre el tema porque en el mundo académico se piensa que “es cosa de niños”, aunque considera que con su recopilación tiene toda una mina de datos.
Byron Ahn, de la Universidad de Princeton EEUU, ha tocado de refilón estos temas y, según cuenta al 'Washington Post', suele incluir sonidos de animales en sus clases de lingüística “porque revelan cosas interesantes sobre el lenguaje humano”, como la arbitrariedad del mismo. Es decir, muchos de los sonidos no tienen nada que ver con los conceptos que describen, sino que se emiten al azar.
Citan en el diario estadounidense el ejemplo de las abejas, cuyo análisis de la frecuencia al batir las alas no indica que hagan un ruido como de "zzz", aunque muchos idiomas así lo recojan. Obviamente nuestros tractos vocales son incapaces de reproducir el sonido de estos insectos voladores.
Otra razón de las diferencias, según Ahn, es la fonología, las reglas del modo en que suena una lengua. En francés, el ruido de cerdo ("groin groin") está acompañado del sonido nasal típico del idioma. Y, volviendo a las abejas, los japoneses no pueden asignar el sonido "zzz" porque generalmente sus palabras no terminan en consonante (para ellos éstas hacen "me-e me-e").
Hasta la geografía y la cultura puede ejercer influencia, ya que las ranas estadounidenses hacen "ri-bbit" por el sonido que comenzaron a usar los productores de Hollywood en sus escenas nocturnas (en otros países, como España hacen "croac croac" y similares).
En el anterior vídeo podéis ver multitud de sonidos animales en distintos idiomas. Esperamos que hayáis aprendido mucho y que no haya sonado el "cri cri cri" de los grillos mientras leías por el aburrimiento.
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