SUS GENES PUEDEN SER ÚTILES PARA LOS ASTRONAUTAS
La rana que podría ayudarnos en un futuro viaje a Marte
Los secretos de los genes de la rana de madriguera, que hiberna durante meses sin sufrir el efecto del paso del tiempo, podrían ser la clave para hacer más seguros los viajes espaciales.
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El animal de la imagen superior es una 'Cyclorana alboguttata'. Detrás del nombre científico en latín se encuentra una rana de madriguera a rayas verdes que vive en condiciones extremas, concretamente en los lugares más áridos de Australia.
Cuando no hay nada que comer entra en estado latente para salvaguardar su masa muscular y lo hace envolviéndose en un capullo de piel mudada y enterrándose durante meses. Pero su secreto para sufrir el mínimo daño no está en el exterior, sino en los genes que han identificado un grupo de científicos de la Universidad de Queensland (Australia).
Encontrar la relación entre esta especie y los viajes espaciales es menos difícil que encontrar la rana en la fachada de la Universidad de Salamanca. Los músculos de los astronautas se deterioran por culpa de la ingravidez y su capacidad física puede reducirse en un 40 % en vuelos de larga duración, según un estudio publicado en 'Phisiology'.
Este es uno de los grandes retos en una futura misión tripulada a Marte, cuyo viaje duraría unos diez meses de ida y otros diez de vuelta, además de una estancia de un año, lo que haría problemática cualquier rutina de los astronautas. “Muy bien, pues mandamos a Madelman”, podríamos pensar. Pues no, los más 'cachas' son los que pierden más masa muscular.
Vamos, que como no esperemos décadas a que sean posibles los viajes al estilo 'Star Trek' lo llevamos crudo. Pero aquí llega nuestra “rana de la suerte” para echar un cable y que los viajeros espaciales no acaben con las fuerzas de un octogenario por la gravedad cero.
La gran mayoría de mamíferos, cuando los músculos están inactivos durante mucho tiempo, pierden su condición física y se consumen. Pero la rana de madriguera cuenta con un gen, que los investigadores han llamado 'survivin' que les protege de su propio deterioro celular.
Las células tienen “mecanismos de suicidio” que se activan para eliminar las que están dañadas o enfermas. También se activa en largos periodos de inactividad pero que este gen en particular se encarga de desactivar. Un gen, por otra parte, que también da mucha batalla en pacientes humanos con cáncer.
“Si pudiéramos entender las vías de señalización celular que confieren resistencia al a pérdida de masa muscular estas ranas podrían ser candidatas útiles para estudiar la atrofia muscular de mamíferos”, afirma Beau Reilly, el autor principal de la investigación.
Esta línea de investigación podría, no solamente aplicarse a los astronautas, sino también a enfermos que tienen que pasar mucho tiempo postrados en una cama.
La Madre Naturaleza sigue escondiendo incógnitas que poco a poco nos deja despejar. La pequeña rana australiana es una de esas equis magníficas que pueden abrir infinitos caminos a la medicina moderna.
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