INVASIONES, EXPLOSIONES Y ASESINOS SILENCIOSOS
Tres cosas terribles que pasan en el reino animal
Si nuestra sociedad y algunas de nuestras costumbres te parecen crueles, ahí fuera pasan cosas escalofriantes. Algunas son cuestiones sociales, otras son accidentes de la naturaleza... pero seguro que todas te harán poner cara de contrariedad.
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Ahí fuera hay animales crueles, animales grotescamente horribles, animales que usan despóticos sistemas de regulación interna y animales que se convierten en peligrosas armas una vez fallecen. Se nota que los humanos también somos animales, ¿verdad?
Que a los animales les gusta la política es algo de lo que ya hemos hablado: que si especies que esclavizan a otras, que si líderes rotatorios ante desafíos diferentes de un mismo grupo... Pero, como pasa en el mundo humano, la política no siempre es una solución pacífica y razonada de solventar problemas.
Es lo que le pasa a los leones: ¿cómo puede ser que, naciendo en proporción similar machos y hembras, haya tres veces más leonas adultas? La respuesta, tras una investigación documental de National Geographic: porque los leones macho mueren. Al alcanzar los dos años son expulsados por su padre, por lo que vagan buscando nuevas tierras. Si sobreviven al periplo sorteando a depredadores, humanos y a la falta de sustento, deberán combatir con otros por tener un territorio propio, y el combate será a muerte.
Quien gane tomará posesión del territorio, pero también de las leonas y sus cachorros... y lo primero que harán serán matar a los cachorros: nada de padres adoptivos, ni de perder el tiempo alimentando a miembros con distintos genes. Además, las leonas sólo se aparearán cuando no estén criando cachorros, así que de esa forma se reactiva la rueda. El camino para ser rey empieza siendo cachorro, sigue al conquistar un territorio... y acaba, como tarde, cuando otro más joven reclama la corona para sí.
Eso de convertir a tus propios familiares en enemigos no es algo exclusivo de los leones -ni de los humanos-. Desde las viudas negras hasta las mantis, muchas son las criaturas que en sus ofrendas sexuales dan algo más que regalos. Pero las costumbres terroríficas de las mantis, además de la ya conocida de devorar al macho tras la cópula, van más allá de las ofrendas sexuales.
Si para los leones lo duro es el camino hasta la adultez, para las mantis lo duro debe ser tan crueles. No es que tengan pinta de dar miedito, es que de veras lo dan. De hecho, los investigadores creen que una de sus subespecies es la única en el mundo que se mimetiza con las flores para atraer a sus presas y comérselas. No son, eso es cierto, los únicos seres que usan falsos reclamos para atraer presas -desde las plantas carnívoras hasta algunas arañas que emiten olores falsos lo hacen-, pero ninguno consigue imitar tan hábilmente a las flores para esconder un destino fatal.
Se trata de las mantis orquídea, que adquieren el aspecto de una flor con su cabeza en forma de corona, sus patas como ramas... y con el hecho de que mordisquean las hojas de las plantas donde se colocan para hacer coherente su aspecto con el suyo propio. El objetivo: cazar, por ejemplo, mariposas que se posen sobre lo que creen que es una flor. ¿Qué puedes de una hembra que te regala flores si sabes que en sus primeras noches de pasión puede arrancarte la cabeza?
Duro es hacerse mayor, duro es buscarse el alimento... pero a veces también la muerte es dura. Que se lo digan si no a las ballenas, o mejor dicho, a los humanos que las recogen de las costas cuando mueren. Resulta que las bacterias que viven dentro suyo empiezan a 'comerse' por dentro al animal nada más morir, y expulsan gases que, cuando se acumulan empiezan a ejercer una enorme presión. Eso sucede a todos los animales, también a los humanos... pero nosotros no estallamos así cuando nos hacen una autopsia, ¿verdad?
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