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EN ESPAÑA SOMOS LÍDER EN TRASPLANTE DE ÓRGANIS

¿Venderías un riñón para no pasar hambre?

En países como China el mercado de trasplantes se nutre de los ejecutados, mientras en otros gran parte de los mismos son 'ventas' a ciudadanos ricos extranjeros. España es una potencia en lo que a buen funcionamiento de trasplantes se refiere.

Cuatro jornaleros pakistaníes secuestrados y obligados a donar muestran cicatrices

Cuatro jornaleros pakistaníes secuestrados y obligados a donar muestran cicatrices welt.de

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Aitor puso un anuncio en internet. No podía pagar la hipoteca, tenía una gran depresión y pensó que la penúltima salida era vender lo único que nadie le podía quitar: parte de su cuerpo. Su razonamiento era contundente. Su gesto iba a salvar dos vidas, la del receptor y la suya. Si no hacía nada probablemente no sobreviviría ninguno ¿Por qué no iba a ser éticamente justificable?

¿Qué harías tú en un caso extremo parecido? ¿Cuáles son las consecuencias de un trato al margen de la ley? ¿Fomenta el tráfico de órganos este tipo de anuncios en internet?

Nuestro protagonista compró un número de teléfono exclusivo y planeó las condiciones del pago para no dejar ningún cabo suelto. El 50% a la firma del contrato de confidencialidad y el resto antes de entrar en quirófano. Total 100.000 euros y la luz al final del túnel. Era joven y sano y podía superar el trauma quirúrgico de perder un riñón sin problema. Puso un anuncio en varios foros escogidos de la Red y esperó el aluvión de curiosos e interesados. Después de varios meses solo recibió una respuesta a su requerimiento. Era de un medio de comunicación que quería hacerle un reportaje.

Los principios éticos de todas estas cuestiones generan cada vez más debate. Muchos científicos están proponiendo ya la liberalización y regulación del comercio de órganos y tejidos humanos con el propósito de disminuir el turismo de trasplantes y el mercado negro. El verdadero problema ético es que no haya una respuesta global a un problema global y las organizaciones criminales operen en países donde no hay cobertura ni controles de ningún tipo.

El problema de la liberalización sería el de siempre: la oferta y la demanda. Los más ricos tendrían mejor y más rápido acceso a los órganos y los más pobres serían meros suministradores de mercancía. Por otra parte, desincentivaría el compromiso de donación solidaria, altruista y responsable por el bien común, bajando a la larga el número de órganos a disposición de todos y vendiendo la prioridad de acceso según los recursos.

Pero el principal mecanismo que dificultaría esta liberalización sería la imposibilidad de controlar la coacción en los acuerdos comerciales. Las mafias seguirían reclutando en el tercer mundo gente humilde y en condiciones de necesidad extrema sin respetar el principio básico de autonomía. La venta pasaría de ser un acto potestativo-voluntario a ser solo voluntario-inducido. Lo que hacen ahora pero con cobertura legal.

Aún así, actualmente el tráfico de órganos por internet está lleno de luces y sombras, mentiras y exageraciones, horrores, bulos y leyendas urbanas. En España, si pones un anuncio de estos lo más probable es que recibas un email de la prensa como el de Aitor o una visita intempestiva de la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) de la Policía Nacional. Para llevar a cabo un trasplante se necesita una cadena técnica organizada legalmente más allá de donante y receptor. Es impensable que todos los eslabones operen al margen de la ley en un país medianamente organizado. Puede haber piezas como el intento de venta o compra mediante la Red o teléfono, pero no el resto de las piezas del puzzle. Y en España este es uno de los pocos puzzles que funciona extraordinariamente bien.

El tráfico de órganos aquí es absolutamente inviable y absurdo. Ni siquiera la captación de donantes desesperados que ponen anuncios en foros digitales compensa a las mafias. Estas prefieren operar allá donde el control es infinitamente más laxo, donde no quedan registros de transacción alguno e incluso donde está apoyado, en la sombra, por mecanismos corrompidos de sus gobiernos. Lo que si funciona en Europa occidental es la emigración en busca de órganos. La peregrinaciones de gente enferma pero con recursos suficientes en busca de la salvación. Latinoamérica, Extremo Oriente o Europa del Este son destinos habituales del turismo de trasplantes. El delito es el mismo, pero escapa a la ley local.

Si pese a todo eso aún así estás dispuesto a seguir con el juego en España una reciente reforma del Código Penal incluye penas de 6 a 12 años de cárcel para la promoción, el favorecimiento o la publicidad de la obtención o tráfico ilegal de órganos, tanto para el donante como para el receptor que lo permite.

Fuera de nuestras fronteras es otra historia. En China hay denuncias y constancia de que las autoridades extraen sin el consentimiento del reo los órganos de condenados y ejecutados a muerte. La ONG Human Rights Watch dice que el gobierno obliga a los presos a firmar las autorizaciones de forma coaccionada. Basta con ver la lista de espera de los grandes hospitales para comprobarlo. En algunos pueden encontrarte un donante para un doble trasplante hígado-riñón en tan solo un mes. Según Harry Wu, un disidente y proactivista de los derechos humanos, de los 13.000 trasplantes que se realizan en China cada año (el segundo donante mundial) el 95% procede de prisioneros ejecutados.

La interacción del gobierno provoca un aumento de la demanda y que el trasplante de órganos sea una industria pujante en China. A pesar de que se declaró ilegal en 2007, el mercado negro sigue con una actividad frenética. Basta con firmar antes una simple 'donación voluntaria' para burlar la Ley y esconder la segura transacción económica.

En otros países el panorama es desolador. El 70% de los 2.000 riñones que se trasplantan al año en Pakistán son para extranjeros que han pagado por ellos. Comprar un riñón es fácil y puedes tramitarlo todo (viaje, ingreso y trasplante) por internet por una de las tarifas más bajas del planeta: 20.000€. La letra pequeña viene luego. Enfermedades asociadas, rechazo de órganos… por no hablar de las miserias de los donantes. Campesinos pobres que no cobran ni 15 euros al mes y que reciben menos de la décima parte de lo que a ti te cuesta.

La mejor forma de combatir toda esta barbarie es haciéndose donante ¡Colabora!

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