BILLETES A LA VENTA EN 2024
La empresa Halo Space planea llevar 10.000 turistas al espacio esta década
Según ha comentado la firma en la cuarta edición de la Cumbre internacional sobre turismo espacial y subacuático SUTUS, pretenden que el coste del billete ronde los 150.000 euros.
Publicidad
La empresa española Halo Space planea llevar 10.000 turistas al espacio en esta década, contará con cuatro bases de despegue para tener siempre un mínimo de dos operativas y los países elegidos para albergarlas son Australia, Arabia Saudí, Estados Unidos y España.
"Una tenía que estar aquí. No podía ser de otra manera. Somos españoles", ha destacado a EFE en una entrevista el primer ejecutivo de la empresa, Carlos Mira, en el marco de la cuarta edición de la Cumbre internacional sobre turismo espacial y subacuático SUTUS, que concluye este jueves en Marbella.
Si bien un vuelo para ver la Tierra desde el exterior no tiene el coste de uno que viaja a la Estación Espacial Internacional -que ronda los 30 millones de euros- o de uno parabólico -que alcanza el medio millón-, tampoco es barato y en su propuesta de llevar turistas al espacio se barajan un precio por billete en torno a 150.000 euros.
En la entrevista con motivo de esta cumbre, abanderada por la escuela de hostelería Les Roches bajo el lema "Más allá de las fronteras naturales", el directivo ha desvelado también que ya tienen identificadas varias zonas en España para las bases.
Han de ubicarse en lugares donde el clima sea bueno y se pueda disfrutar de la experiencia con un cielo sin nubes, donde el vuelo vaya sobre una trayectoria segura, que explican que sea sin pasar por encima del mar o las montañas, y sin tráfico aéreo.
Andalucía y Extremadura, en el punto de mira
Andalucía y Extremadura son firmes candidatas para acoger una base y están analizando varias localizaciones desde el sur de la provincia de Sevilla a Huelva o Badajoz. Este punto se decidirá, destaca, en los próximos doce o catorce meses tras conversar con las autoridades españolas.
Halo Space es, en palabras de Mira, una compañía que opera "en una categoría nueva, que es el near space (espacio cercano)", y el objetivo es subir hasta una altura de unos 30 o 35 kilómetros con un globo estratosférico a ocho pasajeros en una cápsula presurizada, "con ventanas de un metro con cuarenta por un metro con cuarenta, que no es la ventanilla del avión, sino una ventana enorme".
En ella "tienes la misma sensación que en un avión comercial" y "a esta altura estás ya prácticamente por encima de la atmósfera y desde allí tienes la visión de la curvatura de la Tierra, del halo azul -de ahí el nombre de la compañía- y del espacio negro arriba", detalla su responsable, "la misma perspectiva que tienes también a 50 kilómetros, a 60 o a 100", precisa.
La idea es antigua, pero hay que hacerla segura
"Subir con un globo lo más alto que puedas es una idea que empezó hace doscientos y pico años", comenta, y ahora en lo que se trabaja es en dar forma a un proyecto que permita "subir con plena seguridad", concreta. Si bien en este sector no son los únicos actores, aseguran ser "los más avanzados" en el desarrollo de la iniciativa.
Tras el vuelo de prueba del pasado diciembre desde el Instituto Tata de Investigación Fundamental, en Hyderabad (India), y a la espera de la certificación de la Agencia Norteamericana de Aviación Civil (FAA, por su siglas en inglés), en Halo Space trabajan a contrarreloj y Carlos Mira reitera, satisfecho del punto en el que se hayan tras dos años de trabajo, que 2025 es la fecha clave.
A diferencia de otro tipo de propuestas de vuelos turísticos al espacio, para la suya no hace falta preparación específica ni se requieren condiciones físicas especiales, ya que -insiste- va a ser lo mismo que viajar en un avión.
El primero en apuntarse, un aventurero octogenario
Aunque aún no se están comercializando los pasajes -que planean sacar a la venta en 2024, un año antes del lanzamiento-, ya hay muchos interesados en participar en el proyecto y con ellos están contando para diseñar, entre otros, el habitáculo en el que viajarán. El primero en apuntarse ha sido una persona que tiene 88 años, indica.
Este es un mercado con "una demanda enorme", recalca, porque "hay muchísimos millones de personas que tienen el sueño, la aspiración y las ganas" de subir al espacio. Él mismo se reconoce una de esas personas y confiesa que desde niño soñó con un viaje que en breve se podrá realizar.
Hasta el momento han identificado dos tipos de perfiles, uno para el primer año que es el de quien, "además de las ganas de subir", debe tener "un punto de aventurero", y otro, cuando hayan transcurrido varios años y "la gente vea que hay mil personas que han subido y que es seguro", los que repetirán con sus familias o amigos.
El coste es elevado, lo saben, pero tienen claro que no van a tomar "atajos" para ofrecer una experiencia mucho más económica, ya que consideran que, por el momento, no se puede abaratar el coste sin restar seguridad y "eso sería realmente desastroso para la industria", sentencia.
Publicidad