TECNOLOGÍA PARA LA MICROGRAVEDAD
En el espacio, los astronautas no utilizan bolígrafos ni lápices convencionales; sino el Space Pen
Para escribir en la Estación Espacial Internacional, la NASA tuvo que desarrollar, en colaboración con la compañía Fisher, un bolígrafo especial que funcionara correctamente y no fuera peligroso para los astronautas.
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Los astronautas, cuando viajan al espacio, viven en un ambiente de microgravedad. Eso les obliga a cambiar ciertos hábitos de vida: desde tirar la basura por la compuerta de la Estación Espacial Internacional hasta utilizar bolígrafos especiales.
Porque al principio de enviar a los astronautas al espacio, la NASA se dio cuenta de que no podían llevar lápices ni bolígrafos. Por una parte, la mina de los lápices podía romperse fácilmente y flotar, siendo un peligro tanto para los cosmonautas como para los aparatos de la nave.
Por otro lado, los bolígrafos podían explotar y su tinta quedar vagando por la EEI u otra nave. Así que se desarrolló el Space Pen. Este se creó en 1968, cuando el comandante de la misión Apolo 7, Walter Schirra, lo presentó en una retransmisión en directo desde una nave espacial estadounidense.
Un año más tarde, los astronautas comenzaron a usarlo de forma regular. El Space Pen fue desarrollado por Paul Fisher, que había trabajado anteriormente en un bolígrafo presurizado que daba fallos. La presión hacía que la tinta de los bolígrafos se filtrara, tal y como explica la NASA.
Para evitar las fugas, la compañía Fisher agregó resina a la tinta para convertirla en "tixotrópica". De esta forma era casi sólida hasta que la fricción de la bola de la punta del bolígrafo la licuaba para dejar una marca en el papel. Este era su aspecto:
Desde entonces, estos Space Pen se han seguido usando. De hecho, hoy en día aún se utilizan en la Estación Espacial Internacional. Además, la empresa también los vende al público general, con precios desde los 20 hasta los más de 100 euros cada bolígrafo "espacial".
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