SEGÚN UN ESTUDIO

Esta combinación de fármacos podría prevenir miles de infartos

Un estudio señala que el tratamiento con medicamentos vinculados al colesterol podría ser la clave de la prevención.

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A nivel global, cada año, se registran más de 20 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares (ECV), incluyendo infartos y accidentes cerebrovasculares, según datos de la Federación Mundial del Corazón. Esto representa aproximadamente un tercio de todas las muertes a nivel mundial.

En cuanto a España, informes del INE indican que el 27,1% de las muertes producidas en la primera mitad del año 2024 se debieron a enfermedades del sistema circulatorio. Con esta información, es obvio que, si fuera posible prevenir casi un tercio de las muertes, habría que detectar cómo. Y eso es lo que ha hecho un equipo de científicos del Imperial College de Londres y de la Universidad de Lund.

Los pacientes que reciben un medicamento complementario poco después de un infarto tienen un pronóstico significativamente mejor que quienes lo reciben más tarde, o que quienes no lo reciben.

Los resultados del estudio, publicados en Journal of American College of Cardiology, sugieren que tratar a los pacientes de forma temprana con una combinación de estatinas y ezetimiba, fármacos para reducir el colesterol, podrían prevenir miles de nuevos infartos en una década.

Quienes sobreviven a un infarto, tienen un riesgo mayor de sufrir un nuevo infarto durante el año siguiente, ya que los vasos sanguíneos son más sensibles, lo que facilita la formación de coágulos.

Las mujeres sufren más infartos que los hombres
Las mujeres sufren más infartos que los hombres | antena3.com

Reducir el colesterol LDL o "malo" en sangre puede estabilizar los cambios en los vasos sanguíneos, disminuyendo así el riesgo de nuevos eventos. Las pautas actuales de tratamiento para pacientes consisten en administrar estatinas después de un infarto para reducir los niveles de colesterol. Sin embargo, la mayoría de los pacientes no alcanzan los niveles de colesterol recomendados solo con estatinas, por lo que necesitan un tratamiento complementario, como ezetimiba.

"Las pautas actuales recomiendan la adición gradual del tratamiento hipolipemiante. Sin embargo, a menudo este incremento gradual lleva demasiado tiempo, resulta ineficaz y se pierde el seguimiento de los pacientes – explica Margrét Leósdóttir, líder del estudio -. Al administrar a los pacientes un tratamiento combinado de forma temprana, podríamos ayudar a prevenir muchos más infartos".

El equipo de Leósdóttir afirma que este estudio demuestra que se pueden salvar vidas y reducir la incidencia de infartos al administrar a los pacientes una combinación de estos dos medicamentos de bajo coste. Sin embargo, actualmente, los pacientes de todo el mundo no reciben estos fármacos juntos. Esto provoca infartos y muertes innecesarias y evitables, además de generar costes innecesarios para los sistemas sanitarios.

Los autores se basaron en datos de 36.000 pacientes que sufrieron un infarto entre 2015 y 2022. Si todos ellos hubieran recibido el tratamiento sugerido estiman que se podrían evitar 133 infartos en una población de 10.000 pacientes en tres años. Esto equivale a prevenir 5.000 infartos en un periodo de 10 años, tomando como medida los 100.000 ingresos hospitalarios por infartos que se producen cada año en el Reino Unido.

A iniciativa de estos resultados, son muchos los hospitales, tanto en Suecia como en el Reino Unido, que han adoptado un algoritmo que permite evaluar los pacientes que mejores resultados obtendrían de esta combinación de fármacos. Y hasta la fecha los resultados son positivos, por lo que los autores esperan que muchos más revisen sus procedimientos para que más pacientes reciban el tratamiento adecuado a tiempo. A esto hay que sumarle que el precio anual del tratamiento no llega a los 400 euros.

"La terapia combinada no se aplica desde el principio por dos razones principales – concluye Leósdóttir -. Las directrices actuales no incluyen recomendaciones generales y se aplica un principio de precaución para evitar efectos secundarios y la sobremedicación. Sin embargo, aplicar ambos medicamentos lo antes posible después del infarto tiene efectos positivos. No hacerlo conlleva un mayor riesgo. Además, el fármaco que examinamos en el estudio causa pocos efectos secundarios, es fácil de conseguir y económico en muchos países".

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