PODRÍA SER MUY PELIGROSO
Un gen descubierto en aguas residuales haría a las bacterias resistentes a todos los antibióticos
Esta resistencia es, de acuerdo con la OMS, una de las 10 principales amenazas a la salud global.
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Unos meses atrás hablamos de los efectos que podría tener no desarrollar nuevos antibióticos. Tanto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que se trata de uno de los desafíos sanitarios más importantes del siglo XXI y que la medicina se encuentra cerca de un punto de no retorno.
Pues ahora el problema es más acuciante. Un equipo de científicos de la Universidad de Georgia (Estados Unidos) ha descubierto en las aguas residuales de la ciudad, un gen que hace que las bacterias sean resistentes a uno de los antibióticos más importantes del mundo, la colistina, efectiva contra todos los bacilos Gram-negativos. Estos son tan conocidos que son los responsables, entre otros, de la gonorrea, la salmonela, la meningitis, infecciones urinarias, intestinales… Y la lista continúa.
De acuerdo con los resultados, publicados en Journal of Global Antimicrobial Resistance, el gen es el MCR y el problema es que este puede transportarse en plásmidos (moléculas de ADN que a menudo se encuentran en bacterias y otras células, pero están separados de estas) y propiciar su persistencia.
El problema es que estas “hebras de ADN” pueden replicarse por sí mismas, independientemente de la célula. Un plásmido con resistencia a la colistina, por ejemplo, puede transmitirse a otros tipos de bacterias. Esto significa que bacterias como E. coli y Salmonella, que comúnmente causan brotes en humanos, pueden portar MCR, lo que las convierte de enfermedades tratables en infecciones potencialmente mortales
Pero, por si fuera poco, “también se han detectado genes MCR en algunas muestras animales y humanas”, señalan los autores, liderados por Issmat Kassem.
El equipo de Kassem recolectó muestras de aguas residuales en zonas urbanas de Georgia para analizar si el gen MCR estaba presente en bacterias de forma natural. Desafortunadamente lo encontraron muy rápido: en la primera muestra que tomaron. Para Kassem esto es una evidencia que el gen se está estableciendo en los EE. UU.
La bacteria donde se encontró el gen, fue la Morganella morganii, un bacilo gramnegativo común en el medio ambiente y en el tracto intestinal de humanos, mamíferos y reptiles, como flora normal. Pero esto no hizo más que sumar más preocupación, de acuerdo con Kassem, ya que es la primera vez que se encuentra dicho gen en M. morganii, lo cual es problemático porque es una bacteria que los investigadores no suelen analizar. Esto significa que el problema podría estar considerablemente más extendido de lo que inicialmente se pensaba.
Anteriormente se creía que la agricultura era un factor determinante en la en la propagación del gen MCR. Hay que tener en cuenta que pese a que Estados Unidos prohíbe su uso en animales destinados a la alimentación y España tiene un plan de reducción de su uso, otros países como China e India, lo utilizan en el ganado. La colistina se considera un antibiótico de "último recurso" porque puede acabar con bacterias que se resisten a otros antibióticos. El problema, como señalamos al principio, es que su uso frecuente hace que algunas bacterias se vuelvan resistentes. Esto significa que si las personas o los animales contraen una cepa de bacterias resistentes a la colistina, no habría medicamentos que puedan tratar dicha infección.
¿Estamos ante una amenaza real? De acuerdo con Kassem, la presencia de este gen en una bacteria que rara vez se analiza no solo indicaría que está mucho más presente de lo que se pensaba, sino que se halló incluso cuando el uso de colistina no está permitido en la ganadería de EE. UU. “Es un problema grave, que requiere una acción inmediata por parte de muchas industrias, incluidas la investigación, la atención médica y el gobierno, para trabajar juntos hacia una solución – concluye Kassem en un comunicado –. Si no lo abordamos ahora mismo, estamos poniendo en peligro la medicina humana y animal tal como la conocemos y eso puede tener enormes repercusiones en la salud y la economía. Es un problema peligroso que requiere la atención de múltiples sectores para que podamos abordarlo adecuadamente”.
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