"AMNESIA INFANTIL"
El hipocampo es el responsable de que no recordemos nada de cuando éramos bebés
Existen dos tipos de memoria en esta etapa de nuestra vida y una de ellas no está desarrollada del todo.

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Puede que haya quienes afirmen recordar su nacimiento y hasta tengan memorias de cuando estaban en el útero. La ciencia ha demostrado que se pueden formar memorias en esta instancia, aunque solo duran dos semanas. Pero la realidad es que, aunque aprendemos mucho durante nuestros primeros años de vida, como adultos no podemos recordar la mayoría de los eventos de esa época: nuestro primer cumpleaños, los pasos iniciales...
Durante mucho tiempo se ha creído que no retenemos estas experiencias porque la parte del cerebro responsable de la memoria, el hipocampo (aún en desarrollo hasta bien entrada la adolescencia) simplemente no puede codificar recuerdos en nuestros primeros años. Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de Yale ha descubierto evidencia de que esto no es así.
En el estudio, publicado en Science, un equipo liderado por Nick Turk-Browne, se mostraron a bebés imágenes nuevas y posteriormente comprobaron si las recordaban. Cuando el hipocampo de un bebé estaba más activo al ver una imagen por primera vez, era más probable que pareciera reconocerla más tarde.
Los hallazgos indican que los recuerdos sí pueden codificarse en nuestro cerebro durante los primeros años de vida. La clave es qué sucede con esos recuerdos con el tiempo. De acuerdo con Tuk-Browne nuestra incapacidad para recordar eventos específicos de los primeros años de vida se denomina "amnesia infantil". El problema es que estudiar este fenómeno es un desafío.
"La característica distintiva de este tipo de recuerdos, que llamamos memorias episódicas, es que se pueden describir a otros, pero esto es imposible cuando se trata de bebés preverbales", explica Turk-Browne.
Con esto en mente, los autores buscaban un modo confiable de evaluar la memoria episódica de los bebés. Para ello utilizaron un enfoque en el que mostraron a bebés de entre cuatro meses y dos años la imagen de un rostro, objeto o escena nuevos. Más tarde les mostraron una imagen previamente vista junto a otra nueva.
"Cuando los bebés han visto algo solo una vez, esperamos que lo miren con más atención cuando lo vuelvan a ver – añade Turk-Browne -. En esta tarea, si un bebé mira fijamente la imagen anterior más que la nueva que está junto a ella, esto puede interpretarse como que la reconoce como familiar".
El equipo de Turk-Browne ha sido pionero en métodos para realizar resonancias magnéticas funcionales (RMf) con bebés despiertos (lo cual históricamente ha sido difícil debido a su corta capacidad de atención y a su incapacidad para permanecer quietos o seguir instrucciones). Para este estudio, recurrieron a las imágenes RMf para medir la actividad en el hipocampo de los bebés mientras observaban las imágenes.
En concreto, los investigadores evaluaron si la actividad hipocampal estaba relacionada con la solidez de los recuerdos del bebé. Los resultados mostraron que, cuanto mayor era la actividad en el hipocampo cuando un bebé miraba una imagen nueva, más tiempo la miraba cuando reaparecía posteriormente.
Estos resultados fueron visibles en toda la muestra de 26 bebés, pero fueron más contundentes entre los mayores de 12 meses (la mitad del grupo de muestra). Este efecto de la edad está dando lugar a una teoría más completa sobre cómo se desarrolla el hipocampo para favorecer el aprendizaje y la memoria, según los autores.
Anteriormente, el equipo de Yale había descubierto que el hipocampo de bebés de tan solo tres meses mostraba un tipo diferente de memoria llamado "aprendizaje estadístico". Mientras que la memoria episódica se ocupa de eventos específicos, como, por ejemplo, comer unas pizzas en familia, mientras vemos una película, el aprendizaje estadístico consiste en extraer patrones entre eventos, como el aspecto de la pizza, en dónde estaba sentado cada miembro de la familia o quién comió cuál.
Estos dos tipos de memoria utilizan diferentes vías neuronales en el hipocampo y la vía del aprendizaje estadístico se desarrolla antes que la memoria episódica. Por lo tanto, Turk-Browne sospechaba que la memoria episódica podría aparecer más tarde en la infancia, alrededor del año o más.
"El aprendizaje estadístico consiste en extraer la estructura del mundo que nos rodea – explica el estudio -. Esto es fundamental para el desarrollo del lenguaje, la visión, los conceptos y más. Por lo tanto, es comprensible que el aprendizaje estadístico pueda entrar en juego antes que la memoria episódica".
El hecho de que no recordemos nuestros primeros pasos podría tener varias explicaciones. Una es que las memorias no se almacenen a largo plazo y, por lo tanto, simplemente no duren mucho. Otra es que, aunque los recuerdos están allí, simplemente no podemos acceder a ellos. Turk-Browne sospecha que podría ser esto último.
Actualmente, el equipo de Turk-Browne está probando si bebés y niños pequeños pueden recordar videos caseros tomados desde su perspectiva cuando eran más pequeños. Los resultados preliminares muestran que estos recuerdos podrían persistir hasta la edad preescolar antes de desvanecerse.
"Estamos trabajando para rastrear la durabilidad de los recuerdos hipocampales a lo largo de la infancia e incluso estamos empezando a considerar la posibilidad radical, casi de ciencia ficción, de que puedan perdurar de alguna forma hasta la edad adulta, a pesar de ser inaccesibles", concluyen los autores.
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