¿LO SABÍAS?
La historia del cacao y cómo se desperdigó por el continente americano
Todo comenzó hace más de 5.000 años a través de rutas comerciales.
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Es el alimento de los dioses, literalmente puesto que ese es el significado de su nombre y no es extraño teniendo en cuenta nuestra preferencia por el chocolate. Se habla de sus beneficios cognitivos, sus posibles efectos en la salud cardiovascular y su influencia en la salud mental. Pero este alimento "divino" podría estar en peligro de extinción debido al cambio climático y, teniendo en cuenta que estamos ante una industria que genera más de 110.000 millones de euros, la preocupación es lógica.
Entre los 10 países que más chocolate consumen, 6 son europeos y España ocupa el sexto lugar a nivel global. Pero casi tres cuartas partes del total se cosecha en África, algo curioso teniendo en cuenta que su origen es americano, un continente que ahora apenas produce el 21%. Pero no siempre fue así y en esta historia está la clave para la supervivencia del chocolate.
Aunque a menudo vinculamos el chocolate a las civilizaciones mayas y aztecas, el árbol del cacao (Theobroma cacao), puede haberse extendido desde la cuenca del Amazonas a otras regiones de América del Sur y Central hace al menos 5.000 años a través de rutas comerciales, según un estudio publicado en Scientific Reports. Estos hallazgos, basados en residuos en vasijas antiguas, revelan cómo se crearon diferentes cepas de árbol de cacao y sugieren que los productos del cacao se utilizaron más ampliamente entre las antiguas culturas de América del Sur y Central de lo que se pensaba anteriormente.
Las fechas coinciden con las evidencias más antiguas de consumo de esta baya. Ya en 2018 se publicó un estudio en Science, que identificaba la "cuna" del cacao: el pueblo de Santa Ana-La Florida en Ecuador. Este poblado es el sitio más antiguo conocido de la cultura Mayo-Chinchipe, que ocupó el Amazonas occidental hace unos 5500 años y los restos hallados en vasijas demostraron la presencia de cacao.
En la actualidad hay once grupos genéticos conocidos de cacao, incluidas las cepas Criollo y Nacional, que son las más utilizadas, aunque hay otras menos conocidas como Amelonado, Contamaná o Puruy. El problema, hasta ahora era que si bien se sabía que el árbol fue domesticado originalmente en la cuenca superior del Amazonas y que en el siglo XVIII llegó a África, cómo se extendió por el continente americano, se desconocía.
Para responder a ello, un equipo de científicos liderados por Claire Lanaud de la Universidad de Montpellier, analizó residuos de 352 artículos cerámicos de 19 culturas precolombinas que abarcan desde hace aproximadamente 5.900 a 400 años en Ecuador, Colombia, Perú, México, Belice y Panamá. Los hallazgos mostraron la presencia de ADN de cacao antiguo y de tres componentes de metilxantina (estimulante suave) que están presentes en las cepas modernas de T. cacao (teobromina, teofilina y cafeína) para identificar residuos antiguos de T. cacao. También utilizaron información genética de 76 muestras modernas de T. cacao para establecer la ascendencia del cacao antiguo presente en los artículos de cerámica, lo que podría revelar cómo las cepas antiguas se diversificaron y extendieron.
Los hallazgos demuestran que el cacao se cultivó extensivamente a lo largo de la costa del Pacífico poco después de su domesticación en el Amazonas. La diversificación se produjo muy rápido, pero las distintas cepas podían convivir unas junto a otras. La presencia de genotipos de cacao originarios de la Amazonía peruana en la región costera ecuatoriana de Valdivia sugiere que estas culturas tuvieron un contacto durante mucho tiempo, según el estudio. También se detectaron cepas peruanas en artefactos de la costa caribeña colombiana. En conjunto, esto indica que las variedades de cacao experimentaron una amplia difusión entre países y fueron cruzadas para adaptarse a nuevos entornos a medida que diferentes culturas adoptaron su uso, sugieren los autores.
El estudio concluye que una mayor comprensión de la historia genética y la diversidad del cacao puede ayudar a contrarrestar amenazas, como las enfermedades y el cambio climático, que enfrentan las cepas de cacao modernas. Comprender las adaptaciones de cada variedad al entorno pasado, nos puede dar claves de cómo cultivarlas en el presente. Y no perder este divino alimento.
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