CON FLIPPER ZERO
Descubren cómo hackear las pulseras LED del concierto de Taylor Swift
Lo ha hecho a través de Flipper Zero, un dispositivo conocido como el "Tamagotchi de los hackers".
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Es indiscutible que la gira "The Eras Tour" de Taylor Swift está siendo un auténtico éxito. Ahora mismo, la artista se encuentra en Madrid después de dar ayer miércoles el primero de los dos conciertos que dará en el estadio Santiago Bernabéu. El segundo tendrá lugar esta misma tarde.
Se trata sin duda de un impresionante espectáculo de más de tres horas y repleto de numerosas sorpresas. Una de las particularidades del show son las pulseras LED que se entregan a los asistentes al llegar al recinto y que forman parte del espectáculo visual que va a tener lugar.
Durante el concierto, estas pulseras son controladas por un operador, a través de señales inalámbricas, y se utilizan para crear determinados patrones de luz que surgen de la audiencia en diferentes momentos. Pero, ¿a quién no le gustaría seguir utilizando la pulsera incluso después del concierto? Pues bien, el ingeniero John Graham-Cumming ha descubierto cómo hackearlas para poder seguir utilizándolas tras el show.
Lo ha hecho con un Flipper Zero, el "tamagotchi de los hackers". Se trata de un dispositivo que ronda los 200 euros que se ha hecho viral en los últimos años por todo lo que se puede hacer con él. Es uno de los dispositivos más potentes y versátiles para los expertos en seguridad informática.
Un Flipper Zero puede programarse para modificar los patrones de luz y color que emiten estas pulseras LED, ya que se controlan mediante infrarrojos de manera remota.
Estas pulseras se activan mediante radiofrecuencia y desde una mesa de control se monitorizan con la ayuda de distintos transmisores para que genere los diferentes efectos visuales entre el público. También se vinculan por Bluetooth con el teléfono de los fans, lo que permite crear patrones más detallados, como un corazón o una serpiente.
El dispositivo intercepta dicha señal de radiofrecuencia, aunque el ingeniero de software comenta que pese a que el proceso sea fácil, han tenido que abrir una pulsera y analizar el protocolo de infrarrojos que utiliza, además de hacer ingeniería inversa para modificar patrones y colores.
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