Cinco usos que tan vez desconozcas del bótox (y que no tienen nada que ver con la estética)

 

Si eres de los que piensan que el bótox solo sirve para arreglar imperfecciones estéticas, estás muy equivocado. Supercirioso nos muestra cinco usos alternativos médicos de esta toxina.

El primero de ellos es la corrección de los ojos estrábicos. En 1989 la Administración de Alimentos y Fármacos de EEUU aprobó oficialmente el uso del bótox para el tratamiento de este problema. El procedimiento es el siguiente: se inyecta el líquido en los músculos que controlan los movimientos oculares para reducir la desviación del ojo.

Por otra parte, la Revista Anestesia y Analgesia publicó un estudio en 2014 en el cual se inyectó bótox a 114 personas que presentaban dolores musculares en el cuello y los hombros. Se logró una evidente reducción del dolor.

Esta toxina también funciona con las migrañas crónicas y la FDA aprobó en EEUU en 2010 su uso para tratarla. En este caso, las inyecciones se aplican en el área de la cabeza y el cuello cada 12 semanas.

Si tienes vejiga hiperactiva, el bótox puede ser tu solución. Una inyección provoca que los músculos se relajen y aumenten su capacidad de almacenamiento. De esta manera, reducen la frecuencia de los episodios de incontinencia urinaria.

Finalmente, también disminuye la sudoración excesiva y olor corporal, ya que el bótox paralizaría los músculos que se encuentran alrededor de las glándulas sudoríparas y reduce la sudoración.