CON RAYOS X
Misterio de la Sábana Santa: un nuevo análisis confirma que es real
Investigadores italianos han utilizado rayos X para examinar la tela funeraria de lino, en la que quedó impresa la huella de Jesucristo.
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Según la Biblia, Jesucristo soportó numerosas palizas, pinchazos y clavos clavados en sus manos y pies durante su crucifixión. Cuando murió, fue cubierto con una sábana, la famosa Sábana Santa (custodiada en la Catedral de Turín). Esta, que durante mucho tiempo ha sido objeto de un intenso escrutinio, presenta una débil imagen de un hombre que algunos creen que es el rostro de Jesucristo milagrosamente impreso en la tela. Pero lo cierto es que siempre se ha cuestionado su autenticidad. Hasta ahora, quizás.
Y es que un grupo de investigadores italianos ha empleado una nueva técnica de rayos X para datar el lino con el que está espigado el sudario y han podido confirmar que fue fabricado hace 2.000 años, en época de Jesús de Nazaret. Para su estudio, introducido por primera vez en 2022 en la revista Heritage, utilizaron ondas electromagnéticas de gran ángulo para medir el envejecimiento de la celulosa del lino.
Los investigadores han analizado ocho pequeñas muestras del Santo Sudario de Turín para descubrir pequeños detalles de la estructura del lino y los patrones de celulosa, utilizando métricas de envejecimiento específicas como la temperatura y la humedad para determinar los resultados.
Otros estudios
Cinco son los estudios que han sido oficialmente autorizados para realizarse en la reliquia. Sin embargo, solo uno de ellos intentó concretamente estimar su fecha de origen. En 1988 se entregaron pequeños fragmentos de la sábana a tres laboratorios distintos, el de la Escuela Politécnica de Zúrich, el de Oxford y el de la universidad de Arizona; los tres dataron los hilos en la Edad Media, entre los años 1260 y 1390. Tiempo después, algunos estudiosos expertos en la reliquia argumentaron que se trataba de unas fechas erróneas.
¿Significa esto que estamos ante la imagen del mismísimo Jesucristo? No lo sabemos porque, a pesar de todo, sigue habiendo luces y sombras en la historia de la sábana santa. Y es que lo único que sabemos es que se trata de una sábana manchada de sangre, de 2.000 años de antigüedad, que estuvo en Jerusalén.
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