FÁRMACO NAB-PACLITAXEL
Nuevo tratamiento para el cáncer de páncreas: bloquear los nervios
Se ha demostrado que existen interacciones con el sistema nervioso en casi todos los tipos de cáncer, muchas de ellas promueven el crecimiento y la supervivencia del tumor.

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Pese a que todos los tipos de tumores tienen un órgano destino y por ello son conocidos (cáncer de pulmón, de ovario, de páncreas...), la realidad es que la genética juega un papel fundamental y cada tumor, pese a afectar a un mismo órgano en diferentes seres humanos, tiene un apellido: el nuestro. En pocas palabras, los tumores pueden afectar a un mismo órgano, pero su configuración depende de nuestra genética.
Para atacarlos, entonces, hay que buscar los puntos débiles que comparten. Y uno de ellos es el sistema nervioso. De acuerdo con un reciente estudio, publicado en Nature, el cáncer de páncreas se alimenta de conexiones con el sistema nervioso. Así lo informa un equipo de científicos del Centro Alemán de Investigación del Cáncer.
Los responsables del hallazgo, liderados por Andreas Trumpp, descubrieron que este tipo de tumores reprograman específicamente las neuronas para su propio beneficio. Cuando los autores bloquearon la función nerviosa consiguieron inhibir el crecimiento del cáncer y aumentaron la sensibilidad de las células tumorales a ciertas quimioterapias e inmunoterapias.
Desde hace varios años, los científicos han descubierto interacciones con el sistema nervioso en casi todos los tipos de cáncer estudiados, interacciones que en muchos casos promueven el crecimiento y la supervivencia del tumor. Esto también se aplica al cáncer de páncreas, que está entrelazado con una densa red de nervios. Sin embargo, solo las fibras nerviosas se proyectan hacia el tumor, mientras que los núcleos de las células nerviosas se encuentran muy fuera, en los ganglios, los centros de control del sistema nervioso periférico. Por lo tanto, hasta ahora no estaba claro qué interacciones moleculares establecen con las células cancerosas.
Gracias a un nuevo método, el equipo de Trumpp ha conseguido por primera vez examinar molecularmente las células nerviosas tanto en tejido sano como en cáncer de páncreas en ratones. El análisis les permitió descubrir que el cáncer de páncreas reprograma la actividad genética de los nervios en su propio beneficio.
Además, incluso después de la extirpación quirúrgica del tumor primario, el sistema nervioso del tumor conservó sus propiedades promotoras del cáncer: cuando los científicos reimplantaron células de cáncer de páncreas en los animales que se habían sometido a cirugía, los tumores secundarios resultantes fueron el doble de grandes que los de los ratones a los que se les habían trasplantado células de cáncer de páncreas por primera vez.
La clave entonces era reducir la "dieta de nervios" del tumor. Al cortar quirúrgicamente o destruir con neurotoxinas especiales las conexiones nerviosas simpáticas con el páncreas, se inhibió significativamente el crecimiento del tumor. Al mismo tiempo, disminuyó la actividad de los genes promotores del crecimiento en las células cancerosas.
"Al parecer – señala Vera Thiel, coautora del estudio -, las conexiones neuronales en el cáncer de páncreas suprimen la actividad proinflamatoria de los fibroblastos, inhibiendo así la defensa contra el cáncer por parte de las células inmunitarias. Al bloquear los nervios, pudimos convertir un tumor inmunológicamente frío en uno sensible a la inmunoterapia".
La clave fue combinar el "corte" de los nervios con quimioterapia. Aquí es donde entra el fármaco nab-paclitaxel, un componente de la quimioterapia estándar para el cáncer de páncreas. Además de inhibir la división celular, también afecta a los nervios sensoriales, por lo que la neuropatía periférica es uno de los efectos secundarios graves conocidos de este agente. Esta combinación tuvo un efecto sinérgico y redujo la masa tumoral en más del 90%.
"El bloqueo completo de la comunicación entre los nervios y el tumor en combinación con quimioterapia y/o inhibidores de puntos de control inmunitarios es un enfoque prometedor para combatir el cáncer de páncreas de manera más efectiva en el futuro – concluye Thiel -. Por ejemplo, es concebible reducir el tamaño de los tumores hasta tal punto que luego se puedan resecar".
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