NUEVO ESTUDIO CIENTÍFICO
Los peces mezclan el agua del mar cuando expulsan sus huevos
Los peces mantienen una circulación del agua saludable cuando desovan.
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Un nuevo estudio de la Universidad de Southampton ha demostrado que los peces influyen en los ecosistemas oceánicos de las regiones costeras. En especial cuando desovan, ya que hacen circular los nutrientes y el oxígeno por las aguas. Así mantienen los ecosistemas vivos y en funcionamiento.
El agua de los océanos está en constante movimiento. Bien sea por los vientos o las mareas, las aguasse mezclan sin cesar. Por otra parte, que el agua más cálida se quede en la superficie y la más fría abajo facilita esas mezclas, que mueven el calor, el oxígeno, los nutrientes y otras sustancias contaminantes que hay en los océanos.
De esta forma, los ecosistemas marítimos desarrollan su vida. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro el papel que desempeñaban los animales nadadores en la subsistencia de estos entornos.
Medir la temperatura, la velocidad y el sonido en el agua
En este estudio, publicado en la revista Nature Geoscience, un equipo de científicos liderado por la universidad inglesa de Southampton, pasó 15 días monitoreando la turbulencia del agua en la Ría de Pontevedra. Además, contaron con la colaboración del Proyecto Remedios, desarrollado por la Universidad de Vigo.
Con un instrumento llamado perfilador de microestructuras, los investigadores fueron capaces de verificar las variaciones de velocidad y temperatura de las corrientes oceánicas, midiendo ambas cada media hora durante 15 días. Además, el equipo utilizó información acústica de la ecosonda del barco y muestras recolectadas por pequeñas redes de pesca, según explican en un comunicado. .
El desove también causa turbulencias
Con los resultados obtenidos del perfilador, los científicos mostraron que, cada noche, se registraban mayores niveles de turbulencia y mezcla en las aguas pontevedresas. Esta turbulencia era similar a la que causa una gran tormenta; sin embargo, el tiempo durante el experimento fue calmado.
Por otro lado, la información acústica facilitó conocer qué causaba estas turbulencias. Los científicos atribuyeron esta señal a bancos de peces que se reunían por la noche. Además, en las redes de pesca encontraron huevos recién desovados de anchoa europea. Esto les llevó a pensar que el comportamiento frenético de estos peces durante la noche desencadenó la turbulencia en la Ría.
Mezcla importante en ecosistemas costeros
Sin embargo, los océanos son muy grandes y los peces no causan las mismas turbulencias en estas masas de agua que en las zonas costeras. "Estudios anteriores han sugerido que la turbulencia biológica provoca una mezcla mínima porque los movimientos circulares del agua que generan los peces mientras nadan son demasiado pequeños", detalla Bieito Fernández Castro, investigador de la Universidad de Southampton.
Pero, en ecosistemas más pequeños, como la Ría de Pontevedra, la cosa cambia, y las turbulencias causadas por los peces pasan a ser "significativas" en estos ecosistemas costeros. "Hemos demostrado que más cerca de la tierra, donde las capas cambian en una distancia mucho más corta, las anchoas pueden mezclarlas", continúa Fernández Castro.
En estos ecosistemas, los cambios de la composición del agua se realizan de forma rápida, y la mezcla que causan los bancos de peces al desovar podría afectar a la redistribución de la temperatura, nutrientes, oxígeno y otros componentes del agua. De este modo, los peces ayudan al funcionamiento del ecosistema, un entorno del que luego se benefician para vivir. Es una relación de simbiosis y beneficio mutuo.
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