POR FÍSICOS BRITÁNICOS
¿Puedes resolverlo? este es el laberinto más complejo jamás creado
Sus creadores han utilizado geometría fractal y algunos patrones del ajedrez para dar con él.
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El laberinto de Villa Pisani ubicado en Stra, Italia, era, hasta ahora, el más difícil del mundo. Cuenta con nueve aros concéntricos formados por setos tan altos que es imposible ver algo por encima de ellos y llegar a su centro tiene como premio subir a una torre desde la cual ver el laberinto en todo su esplendor.
Pero decíamos hasta ahora porque un grupo de físicos británicos y suizos creen haber creado lo que sería hasta ahora el laberinto más difícil del mundo. Lo más curioso es que la creación de este laberinto no era el objetivo inicial del estudio.
Tal y como recoge Science Alert, los expertos tomaron principios de la geometría fractal, que se utiliza para modelar y describir fenómenos naturales, y experimentos científicos utilizando fractales, que son objetos geométricos fragmentados.
Asimismo, añadieron los patrones del movimiento de un caballo en la tabla de ajedrez, que recordemos, puede moverse 3 casillas formando una "L". Por ejemplo, dos casillas hacia adelante de manera vertical y una a la derecha de manera horizontal.
El estudio fue liderado por Felix Flicker, físico de la Universidad de Bristol en el Reino Unido. Finalmente, lograron crear una serie de laberintos fractales complejos. "Cuando observamos las formas de las líneas que construimos, nos dimos cuenta de que formaban laberintos increíblemente intrincados. Los tamaños de los laberintos subsiguientes crecen exponencialmente, y hay un número infinito de ellos", explica.
Cuasicristales
Los expertos además utilizan estas formas para describir y estudiar los cuasicristales, un fenómeno que puede ocurrir en la naturaleza.
Algunos ejemplos de cuasicristales se pueden encontrar en la estructura de la sal, el cuarzo o los diamantes, mientras que otros más desordenados pueden ser el vidrio o algunos tipos de hielo, pero son muy raros.
Los físicos en cuestión, utilizaron un conjunto de teselaciones parar generar ciclos hamiltonianos, que son caminos que tocan todos los vértices de una figura, y con ello, estarían describiendo la estructura atómica de un cuasicristal.
Estos ciclos hacen que la línea visite cada átomo del cuasicristal una sola vez, conectando todos los átomos, pero sin que la línea se cruce consigo misma, explica el estudio, publicado en Physical Review X. Esto finalmente genera un laberinto con un punto de partida y una salida.
La creación de estos laberintos no solo representa un desafío intelectual, sino que también tiene importantes implicaciones prácticas. Por ejemplo, para buscar rutas para el plegamiento de proteínas o desarrollar sistemas para la captura de carbono mediante adsorción, señalan los expertos.
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