DILEMAS FOTOGRÁFICOS
Qué es más parecido a la realidad: ¿lo que vemos en el espejo o en la cámara?
El hecho de vernos genial en el espejo y al tomarnos una foto, vernos horrible, tiene una explicación gracias a un experimento fotográfico. Aquí te lo contamos.
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En muchas ocasiones te habrá pasado que te has visto genial en el espejo y has decidido tomarte una foto. Sin embargo, cuando vas a ver el resultado, no se compara a la imagen que daba tu reflejo. Saber si la verdadera realidad es la que sale en la fotografía o la que vemos en el espejo es una pregunta que nos hemos hecho varias veces, ya que es algo que ha terminado convirtiéndose en un dilema.
Lo que tenemos que saber, es que tanto el espejo como la cámara son conceptos completamente distintos. No podemos esperar vernos igual en los dos sitios porque, por ejemplo, los sensores de la cámara no procesan la luz y la información del mismo modo que lo hacen nuestros ojos. ¿Esto significa que el espejo está más cerca de mostrar la realidad?
Un experimento fotográfico ha demostrado que las lentes de las cámaras distorsionan nuestro rostro
Hacemos un uso constante de los espejos. Tenemos una imagen en nuestro cerebro de nosotros mismos desde que fuimos conscientes de nuestro reflejo. Los utilizamos para ver cómo nos queda la ropa, peinarse, lavarse los dientes...
Lo que ocurre con las fotografías, es que la idea que tenemos de cómo somos, queda distorsionada en ellas. Cuando nos vemos en otra dimensión distinta a la del espejo, nos vemos muy diferentes y, por lo general, más feos.
Esto tiene una explicación, y es que nuestras fotografías se ven de diferente forma dependiendo de la lente que tenga la cámara. Así lo demostró el fotógrafo Stephen Eastwood en un experimento con una modelo.
Para ello, hizo varias tomas de la misma mujer con diferentes lentes y ángulos. Así, con una lente de 135mm (que es la distancia focal representada en milímetros de una lente fotográfica) y con un ángulo centrado, la mujer luce más acorde a la realidad.
Por el contrario, utilizando una lente de 19mm, presenta muchísimos cambios en su aspecto que la hacen parecer irreconocible. En el resto de imágenes con otras lentes y ángulos, su rostro presentaba cambios como cejas más gruesas, frente más grande, brillos en la piel...
Esto explica que cuando alguien se ve horrible en las fotografías, es posible que tenga que ver más con la cámara que con la persona que aparece en ellas.
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