Pedir perdón puede significar desprecio
La razón por la que a veces no deberíamos pedir perdón
Según un estudio, pedir disculpas puede hacer que las personas se sientan peor.
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Imagina que descubres que tu amigo se reúne con compañeros de trabajo para el almuerzo todos los viernes. Comentas que te quieres unir a la reunión, pero tu amigo rechaza la solicitud. Te pide que no vengas. ¿Podría la forma en que formuló este rechazo provocarnos más o menos daño por ser despreciado?
Un nuevo estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology, revela que decir perdón al rechazar socialmente a alguien puede tener el efecto contrario de su intención. No deberíamos, por tanto, pedir perdón.
"Contrario a la creencia popular, las disculpas no ablandan el golpe de los rechazos. La mayoría de las personas ha tenido la experiencia de querer minimizar el daño de la persona que están rechazando pero nuestra investigación encuentra que a pesar de sus buenas intenciones, las personas se disculpan, pero eso hace que los demás se sientan aún peor y que tienen que perdonar al rechazador antes de que estén listos", afirma Gili Freedman, líder del trabajo en Dartmouth College, Hanover, New Hampshire, EE.UU.
Cómo proteger los sentimientos de aquellos que son rechazados
Las normas sociales dictaminan que debemos perdonar a alguien si se disculpa, lo que coloca a los objetivos de rechazo social en una posición difícil si no están dispuestos a hacer esto o piensan que la disculpa es poco sincera. Con esto en mente, Freedman realizó varias pruebas diferentes para evaluar con qué frecuencia se incluían las disculpas en un rechazo social y cómo se sentían y respondían los destinatarios de las disculpas.
"Nos acercamos a más de mil personas que estaban en la ciudad para varios festivales para que pudiéramos obtener una amplia gama de participantes, aprovechando el tiempo libre que la gente tenía mientras espera en las colas", comenta Freedman.
Los resultados revelaron que el 39% de las personas incluyó una disculpa al ser preguntados por una "buena manera de decir no" a una solicitud social. Cuando se les preguntó cómo se sentirían al ponerse en la posición contraria ellos mismos, mostraron rechazo y sentimientos más altos de daño.
Por último, los investigadores pidieron a los participantes que observaran un vídeo de un rechazo en acción, para evaluar si los sentimientos de perdón podían verse afectados. Lo que sucedió fue que los que vieron al receptor recibir una disculpa pensaron que se sentirían más obligados a expresar el perdón, a pesar de no sentirlo.
"Es posible que los 'rechazadores' se sientan mejor consigo mismos si se disculpan. Pretendemos examinar cuándo los rechazadores están motivados a sentirse mejor consigo mismos y cuándo preferirían poner las necesidades del rechazado antes que las suyos propios", sentencia Freedman.
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