CURIOSIDAD
¿Te levantas peor que cuando te acostaste? Es posible que tengas la "resaca del sueño"
Si hay días en los que te acuestas pensando que a la mañana siguiente estarás mejor pero amaneces más cansado, en este vídeo te contamos su explicación científica.
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Después de todo un día activos y despiertos es fundamental para nuestra salud irnos a dormir ya que cuando llega la noche y nos acostamos, al entrar en el sueño el cerebro se apaga y al despertar se reinicia. También, se liberan ciertos tipos de hormonas como, por ejemplo, las del crecimiento o las que afectan al uso que el cuerpo hace de la energía. Por eso, no dormir lo suficiente puede derivar en obesidad o diabetes.
Como consecuencia de no descansar lo suficiente, podemos tomar malas decisiones, nuestras reacciones son más lentas y puede producir fallos de memoria. Además, nuestro estado de ánimo se ve afectado, ya que durante el día estaremos más irritados y nuestras relaciones empeorarán hasta que no descansemos debidamente. Por eso es tan importante dedicar las suficientes horas a descansar.
Pero, ¿cuánto es el tiempo ideal para estar a tope por la mañana? La respuesta depende de la edad que tengas. La National Sleep Foundation ha elaborado un informe hablando de esto: en los recién nacidos de 0 a 3 meses, lo recomendable es que duerman entre catorce y diecisiete horas, los bebés de 4 a 11 meses lo perfecto es entre doce y quince horas; en cambio, los pequeños de 1 a 2 años deben dormir entre once y catorce horas. Los preescolares (3-5 años) lo mejor es que descansen de diez a trece horas y los niños de entre 6 y 13 de nueve a once horas. Los adolescentes, es decir, entre 14 y 17 años pueden estar acostados de ocho a diez horas. Para ir terminando, los adultos de entre 18 y 64 años lo más recomendado es que descansen entre siete y nueve horas. Y a partir de 65, entre siete y ocho horas. En el vídeo te contamos qué sucede si te pasas de las horas de sueño a las que estás acostumbrado.
No obstante, para conseguir descansar bien no se trata de meterse en la cama y ya, debemos antes dedicar a un rato a relajarnos. Podemos, por ejemplo, escuchar un poco de música clásica para relajar la mente. Además, es importante alejarse de los dispositivos móviles y la televisión, así como estar a oscuras, ya que la luz reduce la hormona que induce al sueño.
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