Un satélite construido por Boeing explota en órbita y llena el espacio de escombros

2024 no está siendo el año de Boeing. Tras todos los problemas con la nave espacial Starliner, ahora un gran satélite de comunicaciones construido por esta empresa se ha roto en órbita, afectando a usuarios de Europa, África Central, Oriente Medio, Asia y Australia, y sumándose al creciente enjambre de basura espacial.

Según una actualización oficial, una "anomalía" provocó la destrucción del satélite, denominado IS-33e, lo que provocó lo que la empresa llama una "pérdida total".

No está claro qué causó exactamente que el satélite se rompiera. La Fuerza Espacial de Estados Unidos anunció que estaba "rastreando alrededor de 20 piezas asociadas" pero "no observó amenazas inmediatas".

Numerosos problemas del Intelsat 33e

Diseñado y fabricado por Boeing, el satélite fue lanzado en agosto de 2016 y lo cierto es que no ha tenido una "vida" fácil.

En 2017, el satélite alcanzó su órbita deseada tres meses más tarde de lo previsto, debido a un problema con su propulsor primario, que controla su altitud y aceleración.

Surgieron más problemas de propulsión cuando el satélite realizó una actividad llamada mantenimiento de posición, que lo mantiene a la altitud correcta. Estaba quemando más combustible de lo esperado, lo que significaba que su misión terminaría unos 3,5 años antes, en 2027. Intelsat presentó una reclamación al seguro por 78 millones de dólares como resultado de estos problemas. Sin embargo, en el momento de su desintegración, el satélite no estaba supuestamente asegurado .

Ahora, Intelsat está investigando qué salió mal, pero es posible que nunca sepamos exactamente qué causó la fragmentación del satélite. Sabemos que otro satélite Intelsat del mismo modelo, un EpicNG 702 MP construido por Boeing, falló en 2019.

Pero lo más importante es que podemos aprender de las consecuencias de la ruptura: la basura espacial.

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