Según Harvard, estas son las razones psicológicas por las que discutimos en Navidad

Las navidades están a la vuelta de la esquina y, aunque en general es una época de felicidad, no podemos negar que en muchas ocasiones se convierten en el escenario en el que mayores discusiones hay entre familiares.

Según la propia Universidad de Harvard, que lo ve como algo normal, la carga de trabajo para las cenas o comentarios desafortunados en la mesa son algunos de los desencadenantes de las discusiones en esas fechas.

Tal y como describen en Harvard Health, las Navidades pueden ser una época estresante: días de poca luz y tiempo frío, en los que nos sentimos obligados a hacer muchos desembolsos que pueden comprometer la economía doméstica. También son un momento en el que realidades como la ausencia de seres vivos o la lejanía con la familia se hacen especialmente patentes.

Además, los expertos de Harvard también apuntan al consumo de alcohol, que en exceso puede fomentar las discusiones y hacer salir por la boca cosas de la que luego habrá que arrepentirse, iniciando conflictos y dificultando mantenerse calmado.

Todo ello hace que podamos sentirnos un tanto vulnerables emocionalmente en alguna ocasión durante las vacaciones navideñas. Este estado puede afectar a nuestro razonamiento y conductas. Por ejemplo, "podríamos mostrarnos más a la defensiva, o expresarnos en modos que resulten en conflictos", explica el terapeuta clínico Justin Gillis.

Por eso mismo es clave anticiparse para controlar las emociones en momentos clave, para lo que son primordiales algunos consejos que pueden ser útiles, según Gillis.

El terapeuta considera que, de ser el anfitrión, establezcas un límite de tiempo, además de pedir ayuda a alguien de confianza para controlar las conversaciones que pueden ser arriesgadas y peligrosas. Y algo clave, tener preparadas unas palabras para poder desviar un tema complicado y salir de los conflictos.

Para intentar reducir las discusiones también propone otros consejos como intentar cambiar de tema si notas que la conversación va a acabar en discusión, ajustar la forma de pensar, ser amable y recordar por qué estamos ahí.

Al fin y al cabo, las festividades son ocasiones que se suponen divertidas y relajadas, y no son un momento pensado para tratar y trabajar sobre temas conflictivos. Recordar esto puede ayudarnos a evitar las discusiones y, en su lugar, pasar un rato agradable con nuestros seres queridos.

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